La polémica debut de Bu Cuarón como telonera de Dua Lipa
En esta industria, he visto cómo un escenario puede ser tanto una plataforma de lanzamiento como un campo de batalla. El reciente caso de Tess Bu Cuarón, quien actuó como artista de apertura en la fecha de clausura del “Radical Optimism Tour” de Dua Lipa, es un ejemplo de libro. Su presentación, lejos de pasar desapercibida, detonó un debate intenso en el ecosistema digital, una reacción que, con los años, he aprendido a anticipar en ciertos contextos.
La joven cantante, de 21 años, compartió el escenario con su hermano Olmo Cuarón, pero fue en las plataformas como X y Facebook donde su interpretación fue realmente diseccionada. Esto me recuerda que hoy, el juicio del público comienza en línea, mucho antes de que el último eco de la música se disipe en el estadio. Bu Cuarón, cuyo lanzamiento oficial con el tema “Viceversa” contó con la producción de un peso pesado como Emmanuel “El Chivo” Lubezki, enfrentó de lleno la complejidad de heredar un apellido con peso en la cultura.
El veredicto de las redes: talento versus privilegio
He sido testigo de cómo la conversación en la esfera pública suele bifurcarse. Por un lado, está la evaluación del arte; por el otro, el inevitable escrutinio sobre los accesos y oportunidades. Las críticas hacia Bu Cuarón se centraron precisamente en esa intersección. Muchos usuarios no dudaron en señalar el presunto favoritismo familiar, vinculando su participación al renombre de su padre, el aclamado director de cine. El término “nepo baby“, que ha resonado en los últimos años, fue empleado de manera recurrente, acompañado de comentarios mordaces sobre su versión del clásico “Porque te vas“.
Frases como “El nepotismo de hoy presenta…” o “Se cree la Billie Eilish latina” son más que insultos; son síntoma de un cansancio colectivo hacia lo que se percibe como atajos en una industria donde miles luchan por una sola oportunidad. Sin embargo, también he aprendido que estas reacciones, por duras que sean, forman parte del rito de iniciación en la era digital. La validación, si llega, nunca es inmediata.
El otro lado del escenario: agradecimientos y apoyo incondicional
Pero la historia nunca es unidimensional. Tras la función, a través de su perfil de Instagram, Bu Cuarón compartió un momento de genuina emoción: un abrazo con Dua Lipa en el after party, agradeciendo por cumplir el sueño de actuar en el Estadio GNP de la Ciudad de México. En esos comentarios, bajo la misma publicación, se libraba otra batalla: la del apoyo familiar y de los seguidores leales, con mensajes de orgullo y felicitaciones. Esto ilustra una verdad fundamental: el entorno inmediato del artista a menudo opera en una frecuencia completamente distinta a la del ruido exterior.
Una reflexión desde la experiencia
El respaldo explícito de una estrella consagrada como Dua Lipa no es un detalle menor. En mi trayectoria, he visto que ese tipo de avales pueden ser un salvavidas para una carrera emergente en medio de la polémica. Este episodio deja al descubierto las tensiones eternas de la industria del espectáculo: el mérito frente a la herencia, la oportunidad frente al privilegio, y la brutal transparencia de las redes sociales como juez y parte. Para Bu Cuarón, el camino apenas comienza. La controversia, aunque dolorosa, puede ser un crisol que defina si su propuesta artística logra, con el tiempo, trascender el debate inicial y escribir su propia narrativa, separada de la sombra alargada de su linaje. Es un proceso que exige no solo talento, sino una resiliencia a prueba de fuego.

















