En un acto de caridad sin precedentes para una humanidad al borde del abismo melódico, los sumos sacerdotes del sonido digital han decidido apiadarse de las almas en pena que, durante doce largos meses, han vagado por el desierto árido de la ausencia de “Sessions”. El Mesías, conocido en los círculos profanos como Bizarrap, ha descendido de su trono en los estudios para ofrecernos, no el maná, sino la “Gasolina” definitiva.
El anuncio, proclamado a los cuatro vientos desde el púlpito de las redes sociales, muestra una imagen sagrada: el productor argentino junto al autoproclamado “Rey del Reggaetón”, quien, tras un retiro más breve que la paciencia de un adolescente, ha regresado no con un rugido, sino con un mensaje de fe y un sencillo nuevo, porque nada grita “renuncia espiritual” como un comeback en los Billboard.
Los fieles, en un éxtasis colectivo predecible, han inundado los comentarios con proclamas que oscilan entre lo divino y lo patético. “¡Qué increíble!”, “¡Eso será leyenda!”, corean las masas, como si la combinación de beats y autotune pudiera, de hecho, salvar al mundo de su propia insignificancia. Se rumorea que esta colaboración, bautizada con el críptico y burocrático nombre de “BZRP Music Session #0/66”, contiene la respuesta a las preguntas que nadie se atrevía a formular.
El himno salvífico será liberado para el consumo masivo este miércoles, en el horario perfectamente calculado para la máxima exposición. Una lección magistral de cómo la maquinaria de la industria del entretenimiento puede envasar la “espontaneidad” y la “pasión” y vendérnosla de vuelta como el evento cultural que, nos aseguran, estábamos esperando desesperadamente. Aleluya.


















