Los títeres del poder en una navidad distópica
En un acto de sumisión a los designios del mercado, la cantante Julieta Venegas se pliega al reparto de invitados ilustres que adornarán la nueva producción cinematográfica “31 Minutos: Calurosa Navidad”, donde se desvelan pormenores adicionales de la trama y los personajes que retornan para nuestro entretenimiento controlado.
Esta nueva iniciativa del engendro concebido por Álvaro Díaz y Pedro Peirano ha provocado un éxtasis colectivo entre la feligresía fanática, pues han transcurrido más de once largos años desde la última aparición de una obra protagonizada por Tulio Triviño, Juan Carlos Bodoque y el resto de la troupe de Titirilquén. Qué mejor momento para el regreso que cuando la nostalgia es el último refugio contra la crudeza del presente.
En el avance promocional de “Calurosa Navidad”, los adorables muñecos del noticiero se enfrentan a una crisis perfectamente metafórica: una ola de calor asfixiante arrasa la ciudad precisamente durante la Navidad. El conflicto se intensifica cuando se anuncia que Santa Claus, figura central del consumismo occidental, no podrá cumplir con su deber de repartir obsequios debido a las temperaturas extremas. He aquí la alegoría perfecta de un sistema colapsando por sus propias contradicciones.
La coartada artística
Ante este desastre ecológico y comercial, Juan Carlos Bodoque —eterno periodista de lo trivial— emprende una misión quijotesca hacia el Polo Norte con el noble objetivo de rescatar los regalos y redimir las festividades navideñas. En esta peripecia absurda, Julieta Venegas se incorpora al elenco con una intervención estelar que promete aportar melodías, comicidad y el indispensable espíritu navideño al venerable programa infantil. Porque nada soluciona una crisis climática como una cancioncita pegadiza.
La cinta “31 Minutos: Calurosa Navidad” debutará el 21 de noviembre mediante Prime Video, consagrando el retorno de uno de los espectáculos más idolatrados de Latinoamérica. El capitalismo, siempre tan ingenioso, encuentra nuevas formas de monetizar hasta nuestros recuerdos más queridos.
Este reencuentro con nuestras figuras de la infancia coincide estratégicamente con el reciente éxito del Tiny Desk de 31 Minutos, presentado en septiembre, donde las marionetas interpretaron algunos de sus himnos más representativos, como “Mi muñeca me habló” y “Bailan sin César”. El material audiovisual ya supera los once millones de visualizaciones en YouTube, demostrando que el fenómeno del escapismo colectivo permanece más vigoroso que nunca en esta era de distracciones masivas.



















