En un movimiento estratégico de branding personal, Meghan Markle se posiciona en la portada de Harper’s Bazaar, desafiando directamente la narrativa pública sobre su relación con el príncipe Harry. Esta aparición mediática ocurre en un contexto de especulaciones sobre la estabilidad de su matrimonio y el impacto limitado de sus iniciativas profesionales.
Más allá de la sesión fotográfica exclusiva, la duquesa ofreció una conversación reveladora donde reivindica su vínculo emocional, afirmando que su esposo la ama con una “intensidad sin igual” que trasciende cualquier crítica externa.
La reinvención del vínculo conyugal
Meghan desgrana las claves de su conexión con el duque de Sussex, destacando como factor clave su autenticidad lúdica y capacidad de asombro. “Esa chispa de genuina vitalidad fue mi imán. Él activa mi mejor versión”, confesó. Y profundizó: “Su devoción es absoluta. Al ser la persona que más me valora en el mundo, sé que siempre velará por mi crecimiento”.
Estrategia disruptiva en la industria de la moda
La entrevista también destapó su enfoque proactivo durante la Semana de la Moda de París, donde ejecutó un acercamiento directo al director creativo de Balenciaga, Pierpaolo Piccioli. “Decidí contactarle personalmente para manifestar mi apoyo. Fue una colaboración discreta y estimulante que disfrutamos mutuamente”, explicó sobre su asistencia al evento, un movimiento que refleja la nueva era de relaciones influyentes en la economía de la atención.
