Muere experto paranormal durante gira con muñeca diabólica

En un giro irónico que solo el universo podría orquestar, Dan Rivera, el valiente cazafantasmas que dedicó su vida a domesticar espíritus revoltosos, encontró su destino final mientras escoltaba a una muñeca de trapo con más antecedentes penales que un gánster de los años 20. La NESPR, en un comunicado que mezcla el duelo con el marketing, aseguró que Rivera murió “repentinamente” en Gettysburg, un lugar famoso por albergar fantasmas… aunque ninguno tan emprendedor como Annabelle.

La gira, llamada “Devils on the Run” (porque nada dice “turismo familiar” como una excursión con artefactos malditos), tenía como estrella principal a esta muñeca que, según los rumores, hacía más travesuras que un político en año electoral: se movía sola, dejaba notas pasivo-agresivas y, ocasionalmente, intentaba hacer cirugías no consentidas. Todo ello, por supuesto, sin colegiarse.

La NESPR, en un alarde de pragmatismo macabro, anunció que los eventos continuarán porque “Dan lo hubiera querido así”. Porque nada honra más a un difunto que convertir su tragedia en una gira de espectáculos sobrenaturales con merchandising incluido. Mientras tanto, el forense sigue investigando si la causa de muerte fue “maldición demostrable” o simplemente el estrés de viajar con una muñeca que tiene mejor agente que la mayoría de actores de Hollywood.

Rivera, veterano del ejército y discípulo de los Warren</strong (la pareja que convirtió lo paranormal en franquicia cinematográfica), solía aconsejar a su público protegerse con "un halo de luz blanca". Irónicamente, parece que a él se le apagó el interruptor. El forense confirmó que no hubo "sospechas", lo que nos deja con la inquietante pregunta: ¿fue un ataque al corazón… o al alma?

Mientras los fans lloran su pérdida entre selfies con la muñeca, Annabelle sigue en su vitrina, probablemente planeando su próximo movimiento. Después de todo, en el negocio del terror, la muerte es solo otra forma de promoción.