Ozzy Osbourne fallece a los 76 años dejando un legado en el metal

Ozzy Osbourne, el icónico y carismático vocalista de Black Sabbath, cuya voz rasgada definió el heavy metal, falleció este martes a los 76 años, semanas después de su emotivo concierto de despedida. Su muerte marca el fin de una era para la música.

La familia pide privacidad

En un comunicado cargado de emotividad, la familia expresó: “Con profundo dolor, anunciamos el fallecimiento de nuestro amado Ozzy esta mañana, rodeado de amor familiar. Solicitamos respeto durante este momento de duelo”. Recordemos que en 2020 reveló su lucha contra el Parkinson tras un accidente doméstico.

Ozzy, conocido tanto por su estética oscura como por sus excentricidades (como el famoso incidente del murciélago), mostró en sus últimos años una faceta más humana a través del reality The Osbournes, donde reveló su lado familiar y vulnerable.

Su salida de Black Sabbath en 1979 por problemas de adicciones —documentada por el bajista Geezer Butler en sus memorias— no impidió que resurgiera como solista con álbumes legendarios como Blizzard of Ozz, consolidándose como un pionero indiscutible. Su doble inducción al Salón de la Fama del Rock (con Sabbath y como solista) lo confirmó como leyenda.

En el escenario, su energía era electrizante: desde provocar al público con escupitajos hasta despedirse con un contundente “¡Dios los bendiga!”, demostraba la dualidad que lo hizo único. Le sobreviven su esposa Sharon y sus hijos, pilares de su vida personal.

El mundo reacciona

Figuras como Elton John, Rod Stewart y Jason Momoa compartieron sentidos homenajes en redes sociales, destacando su humor, talento y humanidad. Incluso bandas como Nirvana reconocieron su influencia en el rock moderno.

Elton John: “Era un genio irreverente y mi amigo. El rock perdió a su príncipe de las tinieblas”.

Flavor Flav: “Honrado de haber compartido momentos con él. Descansa, hermano”.

Miles de fans inundaron las redes con videos y mensajes, recordando cómo su música soundtrackeó sus vidas.

Personalmente, trabajar en la industria del rock me enseñó que Ozzy era mucho más que su personaje: un artista meticuloso que reinventó su arte una y otra vez. Su lección más valiosa: la autenticidad siempre triunfa, incluso cuando el camino es oscuro.