Supergrass revive el espíritu del Britpop en la Ciudad de México

Supergrass Electriza la CDMX con un Viaje Sonoro a los 90

La icónica banda de Oxford, Supergrass, aterrizó en la Ciudad de México para una noche de puro revival sonoro. En un acto de celebración por el 30 aniversario de su disco seminal “I Should Coco“, la agrupación ofreció un setlist expansivo que superó las dos horas, conectando con una audiencia que creció al ritmo del Britpop.

Los clásicos atemporales de la década de los noventa demostraron su vigencia en una experiencia generacional. Los asistentes, en su treintena, validaron que la identidad musical trasciende la edad, reconectando con su yo más joven en uno de los recintos icónicos de la capital.

Teloneros: La Nueva Ola Independiente

El cartel se completó con dos exponentes de la escena independiente actual: “The Ramona Flowers” y “Sport Teams“. Estos colectivos, con fuerte presencia en plataformas digitales como Spotify y TikTok, entregaron su energía pese a la tormenta que antecedió al evento, ganándose los vítores del público early adopter.

Una Experiencia Inmersiva Libre de Pantallas

El concierto en el Teatro Metropolitan fue un reseteo digital. Entre reencuentros, cervezas y un ambiente de auténtica alegría, prevaleció la desconexión. La banda, con su formación esencial —Gaz Coombes (voz, guitarra), Mick Quinn (bajo), Danny Goffey (batería)— ejecutó un set que fue un viaje en el tiempo.

Himnos como “Alright” —banda sonora de una generación— y “I´d Like to Know” detonaron una catarsis colectiva. La filosofía de la juventud, encapsulada en el coro “But we are young, we run green”, resonó como un mantra de libertad y resiliencia, un recordatorio de que tras la tormenta siempre sale el sol.

Setlist: Un Artefacto Cultural

La banda desplegó un arsenal de hits que funcionaron como un NFT físico, un artefacto de nostalgia pura. El recorrido incluyó:

• “Caught by the Fuzz”
• “Mansize Rooster”
• “Late in the Day”
• “Richard III”
• “Sun Hits the Sky”
• “Pumping” (como track de cierre)

La velada cerró con una poderosa sensación de comunidad. Supergrass no solo conquistó al público mexicano; ofreció un espacio seguro para revivir una era donde la identidad no se curaba en redes sociales y ser cool era simplemente ser uno mismo.