La comunidad del doblaje en español está de luto. Susana Klein, una de las actrices de voz más reconocidas y queridas de Argentina, falleció el pasado 11 de diciembre a la edad de 83 años. La triste noticia fue confirmada por su colega y gran amiga, Cecilia Gispert, a través de las redes sociales.
En este oficio, las amistades que se forjan en la cabina de grabación son para toda la vida. Cecilia y Susana compartieron uno de los proyectos más emblemáticos para nuestra generación: la serie animada Candy Candy. Mientras Gispert ponía la voz hablada a la dulce Candice “Candy” White Ardley, era Susana quien le regalaba su alma a través del canto, interpretando los inolvidables temas “Llámame Candy” y “Carrusel”. Esa simbiosis entre voz hablada y cantada es algo mágico y poco común, y ellas lograron una química perfecta que quedó grabada en la memoria de millones.
Pero el legado de Susana es mucho más vasto. Con los años, uno aprecia que la verdadera maestría no está solo en tener una voz bonita, sino en saber transformarla. Susana era una artista de una versatilidad admirable. Tuve el privilegio de escuchar anécdotas de colegas sobre cómo, con una sensibilidad exquisita, logró capturar la esencia crítica e ingeniosa de Mafalda en la adaptación cinematográfica del cómic de Quino. No era solo imitar a un personaje de papel; era entender su espíritu filosófico y trasladarlo con autenticidad. Y, en un registro completamente distinto, también prestó su voz a Lois Lane en Superman III, demostrando un rango impresionante que iba desde la niña reflexiva hasta la intrépida periodista.
La vida de un actor de doblaje, aunque apasionante, a menudo implica mudanzas y desarraigo siguiendo los centros de producción. Susana siguió ese camino. Tras sus éxitos en Argentina, emprendió un nuevo rumbo y se radicó en España en 1989, donde continuó su carrera por más de dos décadas, para finalmente pasar sus últimos años en Alemania, cerca de uno de sus hijos. Esa experiencia de adaptarse a nuevos acentos, nuevos equipos y nuevas culturas, es algo que muchos de nosotros compartimos y que habla de la dedicación absoluta a este arte.
El mensaje de despedida de Cecilia Gispert resume lo que todos sentimos: “Excelente compañera y amiga… fue una gran alegría haberte conocido”. En este negocio, detrás de cada voz famosa hay una persona de talento y corazón. Susana Klein deja no solo un catálogo de voces que definieron la infancia de muchos, sino el recuerdo de una profesional brillante y una compañera luminosa. Su voz se ha silenciado, pero su eco, en cada canción y cada línea que dobló, resonará por siempre.
















