Tras más de dos décadas observando de cerca la industria del cine, he aprendido que un rodaje, por muy bien planificado que esté, siempre está a merced del imprevisto. La noticia de que Tom Holland reanudará el rodaje de Spider-Man: Brand New Day la próxima semana tras sufrir una conmoción cerebral leve es un recordatorio perfecto de esta realidad. Recuerdo una producción, a finales de los 2000, donde la lesión de la protagonista principal paralizó todo durante tres semanas; la decisión de Sony de pausar solo una semana demuestra una logística mucho más ágil y un entendimiento claro de que la salud del talento es lo primero. Filmar sin la estrella principal casi siempre es más costoso y complicado que asumir el parón, una lección que muchos estudios han aprendido por las malas.
El actor reanudará las grabaciones tras un breve periodo de descanso médico.
El hecho de que este contratiempo no afecte la fecha de estreno programada para el 31 de julio de 2026 habla volumes sobre la meticulosa planificación de contingencia que existe hoy en día. En el pasado, un accidente así habría causado retrasos en cadena. Ahora, las producciones de este calibre tienen márgenes de seguridad integrados en el cronograma. El percance, ocurrido en los Leavesden Studios de Inglaterra a causa de un truco fallido, es un riesgo inherente al cine de superhéroes. He visto cómo los mejores especialistas minimizan estos peligros, pero la naturaleza física del trabajo conlleva siempre un factor de riesgo.
Me resulta admirable, y muy profesional, que Holland asistiera a un evento benéfico con Zendaya al día siguiente. Esa capacidad de separar el incidente laboral de los compromisos personales y solidarios es una señal de madurez que se gana con la experiencia. Esta cuarta entrega independiente del Hombre Araña, que se filma en Glasgow y promete mostrar un Peter Parker enfrentándose al crimen callejero, parece querer reconectar con las raíces más humanas del personaje. Kevin Feige tiene razón al destacar este enfoque; después de amenazas multiversales, volver a lo cotidiano puede ser el mayor desafío narrativo. Con un elenco de lujo que incluye el regreso de Jon Bernthal como el Punisher, esta película tiene todos los ingredientes para superar el bache inicial y ofrecer una historia memorable. La verdadera prueba de fuego no es el accidente, sino cómo el equipo se levanta y continúa, y por lo que veo, lo están haciendo de libro.
