Una denuncia corporativa provoca el arresto de mexicanos
Nawat Itsaragrisil, señalado como responsable del arresto de trabajadores mexicanos del certamen Miss Universo.
El ecosistema de los concursos de belleza, frecuentemente percibido como un mundo de sonrisas y coronas, ha revelado su lado más oscuro y maquiavélico. Trascendió que el ejecutivo Nawat Itsaragrisil, en un movimiento calculado, orquestó la detención de varios empleados mexicanos de la organización Miss Universo.
Este episodio no es un simple conflicto laboral; es un golpe de poder en un tablero global. Aunque Itsaragrisil enfrentó sanciones y una merma en su autoridad dentro del certamen, su contraataque fue disruptivo: presentó una denuncia formal contra la Miss Universo Organization ante las autoridades tailandesas, una jugada que resultó en la aprehensión de los colaboradores de origen mexicano.
La estrategia de Itsaragrisil fue un ejemplo de pensamiento lateral: identificó una grieta legal aparentemente inconexa. “Él descubrió que uno de los anunciantes de Miss Universo es una empresa de juegos online de Filipinas, y en Tailandia están prohibidos los juegos de azar. ¿Qué hizo él? Fue y los denunció con la policía”, explicó el periodista Miguel Masjuan, según Univision. Convirtió una norma local en un arma corporativa global.
Según la versión del comunicador, el directivo desconocía la nacionalidad específica de los trabajadores: “Me dicen que estaban desayunando y aparece la policía; como si fuera una imagen de ICE en California, se llevaron presos a todos los mexicanos, a los maquiladores”. Este detalle revela la naturaleza colateral e impredecible de las guerras empresariales, donde los empleados pueden convertirse en peones involuntarios.
Masjuan agregó que la maniobra tenía un objetivo estratégico de mayor alcance: apoderarse de la franquicia liderada por Raúl Rocha Cantú, actual presidente de Miss Universe México. Este no es un simple acto de venganza; es un intento de reconfigurar el mapa de poder del concurso, demostrando que en la era de la interconexión, las batallas por la influencia se libran en frentes legales, mediáticos y geopolíticos simultáneamente.















