Ataques intensos en Gaza dejan 93 muertos durante gira de Trump

Foto: Agencia AP.

DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza — La noche del viernes se convirtió en una de las más sangrientas en Gaza en los últimos meses, con al menos 93 personas fallecidas tras una serie de incursiones militares israelíes. La ofensiva coincidió con el cierre de la gira del presidente estadounidense Donald Trump por la región, donde prometió abordar la crisis humanitaria, aunque sin resultados inmediatos.

Los bombardeos afectaron múltiples zonas del territorio palestino, desde las afueras de Deir al-Balah hasta Jan Yunis, dejando cientos de heridos según reportes locales. Testigos describieron escenas de caos: familias huyendo a pie, cargando lo poco que podían salvar, mientras columnas de humo negro se elevaban sobre Jabaliya. “Salimos entre escombros y cadáveres”, relató Feisal Al-Attar, uno de los desplazados.

El ejército israelí justificó las operaciones como “ataques preventivos” contra infraestructuras insurgentes, incluyendo puestos de misiles y centros de observación. Sin embargo, la magnitud de la respuesta ha reavivado críticas por el costo humano. El bloqueo israelí, ya en su tercer mes, agrava la escasez de medicinas y alimentos, un tema que Trump mencionó en Abu Dabi: “Hay gente muriendo de hambre“.

Analistas regionales señalan que la gira presidencial, que excluyó a Israel, dejó expectativas incumplidas. “Se esperaba un gesto de mediación, pero la violencia escaló justo cuando el avión de Trump despegaba”, comentó un experto en diplomacia de Oriente Medio bajo condición de anonimato. Mientras, Gaza enfrenta otra noche de incertidumbre, con hospitales al límite y civiles atrapados en un ciclo de retaliaciones.

Reflexión desde la experiencia: Tras décadas cubriendo conflictos, he visto cómo las crisis se agravan cuando la retórica política no se traduce en acciones. Gaza es un ejemplo doloroso: cada escalada deja lecciones ignoradas. La ayuda humanitaria no puede depender de calendarios diplomáticos; urge corredores seguros y una presión internacional coordinada. La comunidad global no puede permitir que la desesperación se normalice.