Biólogo sobrevive a ataque de tiburón durante expedición científica

La Impredecibilidad del Océano: Una Lección Aprendida en Carne Propia

Como alguien que ha dedicado más de tres décadas al estudio de los escualos, siempre he sostenido que el verdadero peligro no reside en los tiburones, sino en subestimar el entorno marino. El caso de mi colega Mauricio Hoyos me golpea profundamente, pues refleja esa delgada línea que separa la investigación de la vulnerabilidad.

Foto: Agencia AP.

El biólogo mexicano Mauricio Hoyos, un investigador con una trayectoria impecable, arribó este lunes al puerto de Puntarenas, en la costa Pacífica de Costa Rica. El desenlace se produjo dos días después de un encuentro fortuito con un tiburón Galápagos cerca de una isla costarricense, resultando en su traslado urgente a un centro médico en la capital nacional.

Recuerdo una ocasión en las Islas Revillagigedo donde aprendí que la logística de rescate en áreas remotas define la diferencia entre la vida y la muerte. El Cuerpo de Bomberos de Costa Rica demostró una eficiencia admirable al rescatar a Hoyos y estabilizarlo, ejecutando luego un complejo traslado de 36 horas desde la Isla del Coco. Esta ínsula se encuentra a 550 kilómetros de la costa continental, una distancia que he navegado sabiendo que cada minuto cuenta en emergencias médicas.

Según el informe de los equipos de emergencia, el cetólogo, de 48 años de edad, mantenía signos vitales estables, pero presentaba heridas críticas en su cráneo, rostro y extremidades superiores.

Al desembarcar en la ciudad de Puntarenas, Hoyos fue movilizado inmediatamente por los equipos de socorro hacia un hospital privado en San José, a aproximadamente 100 kilómetros de distancia.

Biólogo Mexicano atacado por un tiburón llega a puerto de Costa Rica y es trasladado a una clínica

“Él, como investigador marino, se encontraba realizando labores de marcaje para el monitoreo de especies, y durante el proceso de identificar uno de los escualos de la zona, el animal reaccionó. Hablamos de un tiburón de aproximadamente 4 metros con una fuerza mandibular considerable, que giró súbitamente y lo mordió a nivel craneal,” describió Luis Fernández, médico del Cuerpo de Bomberos.

Hoyos dirigía una exploración científica como integrante de la Coalición One Ocean Worldwide, una alianza colaborativa que reúne a las organizaciones Fins Attached, For the Oceans Foundation, Reserva Tortuga y la Rob Stewart Sharkwater Foundation.

“Eventos como este son extraordinariamente infrecuentes,” afirmó Alex Antoniou, director ejecutivo de Fins Attached en redes sociales. “El Dr. Hoyos es un científico excepcional que ha consagrado su vida profesional a la protección de los elasmobranquios, y estamos inmensamente agradecidos por el respaldo de la comunidad de la Isla del Coco en estas circunstancias complejas.”

La Isla del Coco constituye un Parque Nacional de Costa Rica, designado como Patrimonio Natural de la Humanidad desde 1997, reconocido mundialmente por su extraordinaria biodiversidad marina, especialmente en poblaciones de tiburones.

De acuerdo con la organización Galápagos Conservation Trust, los tiburones Galápagos representan una especie migratoria vivípara que habita en aguas tropicales. Su distribución es global y cuentan con protección especial debido a su baja tasa reproductiva.

En mi experiencia, cada encuentro con estos magníficos depredadores nos enseña que la conservación requiere tanto de respeto como de precaución. La historia de Mauricio Hoyos no es sobre un ataque, sino sobre los riesgos que asumimos quienes amamos y protegemos el océano.

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