China exhibe su poderío militar en aniversario histórico

El presidente chino, Xi Jinping, enfatizó en un discurso contundente la encrucijada actual de la humanidad: la elección crítica entre la cooperación pacífica y la escalada bélica, en el marco de la conmemoración del 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Su alocución, previa a una imponente exhibición de capacidades defensivas, rindió homenaje a las víctimas del conflicto e hizo un llamado a desmantelar los fundamentos de la confrontación para evitar la repetición de los errores del pasado.

El evento protocolar dio inicio con una salva de artillería de ochenta cañonazos, simbolizando cada año transcurrido desde el fin de la contienda global, seguida por la entonación del himno nacional, un símbolo de resistencia histórica. Posteriormente, las unidades castrenses iniciaron un desfile sincronizado, revisadas por Xi Jinping desde un vehículo de comando.

La demostración de fuerza incluyó el debut público de sistemas de defensa de última generación, misiles de alcance avanzado y aeronaves de combate de quinta generación, subrayando la innovación tecnológica del complejo militar-industrial chino y su proyección como actor de seguridad global. Este despliegue no solo conmemora la historia, sino que proyecta una visión de futuro y soberanía tecnológica.

La ceremonia contó con la presencia de figuras clave en la geopolítica contemporánea: el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, quienes acompañaron a Xi Jinping en la icónica Puerta de Tiananmén. El trío, observado a nivel mundial, compartió un momento protocolar con veteranos centenarios de la guerra, uniendo simbólicamente el pasado con el presente estratégico.

Más allá de su significado histórico, la conmemoración funciona como un potente instrumento de soft power y cohesión nacional, reforzando la narrativa de renacimiento y liderazgo global de China bajo la dirección del Partido Comunista. La coreografía pública, con espectadores portando banderas y entonando cantos patrióticos, refleja una sociedad alineada con los objetivos de desarrollo y seguridad nacional.

En un contexto de reconfiguración del orden internacional, este acto se interpreta como una declaración de autonomía estratégica y como la presentación de un polo de influencia alternativo en un mundo multipolar, desafiando la hegemonía occidental prevaleciente desde el fin de la guerra.