La Afirmación y la Evidencia
Corea del Norte declaró este jueves que sus más recientes ensayos de misiles involucraron novedosos sistemas hipersónicos, un movimiento destinado, según su narrativa oficial, a robustecer su disuasión nuclear. Pero, ¿qué hay detrás de estas afirmaciones? La Agencia Central de Noticias de Corea (ACNC), el portavoz del régimen, difundió este reporte un día después de que las autoridades de Corea del Sur detectaran múltiples lanzamientos desde las proximidades de Pyongyang, con proyectiles que recorrieron aproximadamente 350 kilómetros antes de impactar.
Un Análisis más Allá del Comunicado Oficial
La ACNC aseguró que los disparos consistieron en dos proyectiles hipersónicos que alcanzaron con precisión un objetivo terrestre en el norte del país. Calificó el sistema como estratégico, una denominación que en el lenguaje militar implica el potencial para portar ojivas nucleares. Sin embargo, la agencia norcoreana omitió deliberadamente el nombre específico del nuevo armamento evaluado. Este silencio genera una pregunta inmediata: ¿se trata de un avance tecnológico genuino o de una maniobra de propaganda?
Estas pruebas se realizaron poco después de un masivo desfile militar en Pyongyang, donde el líder Kim Jong Un exhibió públicamente algunas de las armas más modernas de su arsenal, incluyendo lo que analistas identificaron como un sistema balístico de corto alcance equipado con vehículos planeadores hipersónicos. La conexión entre la exhibición y la prueba posterior parece demasiado coordinada para ser una casualidad.
La Carrera Hipersónica: Capacidad Real Versus Narrativa Estatal
En los últimos años, el gobierno de Kim Jong Un ha estado experimentando con diversos sistemas de misiles equipados con armas hipersónicas, diseñadas para superar cinco veces la velocidad del sonido. La velocidad y maniobrabilidad de este armamento tienen el propósito declarado de eludir los sofisticados sistemas de defensa antimisiles desplegados en la región. No obstante, expertos en armamento y agencias de inteligencia occidentales han cuestionado de forma persistente si estos proyectiles han logrado mantener de manera consistente las velocidades que Corea del Norte proclama en sus ensayos. La discrepancia entre la afirmación y la evidencia observable abre un campo de investigación crucial.
Pak Jong Chon, uno de los principales oficiales militares de Kim y testigo de las pruebas del miércoles, elogió el desempeño del nuevo sistema de armas. Afirmó que Corea del Norte continuaría perfeccionando su poderío disuasivo y fortaleciendo sus capacidades de autodefensa. Pero, ¿son estas declaraciones una evaluación técnica o un guion político repetido?
El Contexto Geopolítico: Una Diplomacia Fallida y un Rearme Acelerado
El trasfondo de estas actividades es una diplomacia colapsada. Kim Jong Un ha intensificado drásticamente el ritmo de sus pruebas de armamento desde que las negociaciones con el entonces presidente estadounidense Donald Trump se quebraron en 2019, principalmente por disputas en torno a las sanciones económicas impuestas por Washington.
Los lanzamientos del miércoles representaron las primeras pruebas de misiles balísticos desde que el presidente liberal de Corea del Sur, Lee Jae Myung, asumió el poder en junio con la promesa de restaurar la paz en la península. Sin embargo, Kim ha rechazado hasta ahora las ofertas de diálogo de Lee, dejando claro que no reanudará las conversaciones con Estados Unidos a menos que Washington abandone su objetivo de desnuclearizar por completo a Corea del Norte.
La Revelación Final: Una Estrategia Calculada para 2026
La investigación revela un dato aún más significativo. Durante el desfile del 10 de octubre, Kim presentó un nuevo misil balístico intercontinental, descrito por los medios estatales como el activo nuclear más potente del país, capaz de amenazar el territorio continental de Estados Unidos. Analistas militares coinciden en una conclusión alarmante: Corea del Norte podría estar preparando el terreno para una prueba de este misil en las próximas semanas, anticipándose a una importante conferencia del partido gobernante a principios de 2026. Este no es un acto aislado, sino un paso calculado en una estrategia a largo plazo que busca alterar permanentemente el equilibrio de poder global.