Despiden a fiscal estrella del caso Epstein en medio de tensiones políticas

La fiscal federal adjunta Maurene Comey, captada en una imagen frente a los tribunales durante el polémico juicio por tráfico sexual contra Sean “Diddy” Combs, ahora enfrenta un giro profesional que ha dejado al descubierto las grietas del sistema judicial.

Fuentes internas revelaron a este medio que el Departamento de Justicia separó abruptamente a Comey, hija del exdirector del FBI James Comey, sin ofrecer explicaciones oficiales. ¿Simple reestructuración o retaliación política? Las circunstancias oscuras del despido de quien manejó dos de los casos más sensacionales de la última década -el de Jeffrey Epstein y el reciente proceso contra Combs- plantean serias dudas.

Documentos obtenidos por nuestro equipo muestran que Comey, con 15 años en la fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, era considerada una de las juristas más competentes. Sin embargo, su historial familiar parece haberla convertido en blanco. “Era cuestión de tiempo”, confesó un excolega bajo condición de anonimato, aludiendo a la enemistad entre Trump y su padre.

La investigación de este medio descubrió un patrón: al menos 12 fiscales vinculados a casos que incomodaron a la administración anterior fueron removidos en los últimos tres años. Un memorándum interno de 2021, al que tuvimos acceso, menciona “reevaluaciones de personal prioritarias”, eufemismo que expertos consultados interpretan como purgas selectivas.

Lo más inquietante surge al conectar los puntos: semanas antes de su despido, Comey solicitó acceso a archivos clasificados del caso Epstein. “Ella creía que faltaban piezas”, revela una fuente cercana. Mientras, el DOJ admitió recientemente investigar a su padre, en lo que analistas describen como una maniobra de distracción.

Tras 72 horas de intentos, la fiscal no respondió a nuestras solicitudes de comentario. Sin embargo, abogados consultados coinciden: este caso podría destapar la caja de Pandora sobre cómo el poder judicial se ve contaminado por vendettas políticas. La pregunta que queda flotando es ¿quién temía realmente a Maurene Comey?