Las autoridades de Rhode Island informaron la detención de una persona de interés en relación con el tiroteo ocurrido el sábado en el campus de la Universidad de Brown, ataque que dejó dos personas fallecidas y nueve heridas por arma de fuego.
En conferencia de prensa, el jefe de la policía de Providence, Oscar Perez, confirmó que el detenido tiene alrededor de 30 años de edad y que, por el momento, no se busca a ningún otro sospechoso. Las autoridades se reservaron detalles sobre el lugar del arresto y si la persona tenía vínculos con la universidad.
El ataque se registró el sábado por la tarde en el edificio de ingeniería del campus, en pleno periodo de exámenes finales, lo que provocó una amplia movilización policial. De acuerdo con información oficial, el agresor utilizó una pistola calibre 9 mm y realizó más de 40 disparos dentro de un aula. Hasta la mañana del domingo, el arma no había sido recuperada, aunque sí se localizaron dos cargadores de 30 cartuchos.
La búsqueda del responsable implicó el despliegue de cientos de agentes que peinaron el campus y zonas aledañas, además del análisis de videos de vigilancia. En una de las grabaciones difundidas por la policía se observa a un individuo vestido de negro alejándose del lugar de los hechos. La orden de resguardo para estudiantes y residentes fue levantada temprano el domingo.
En el balance de víctimas, la universidad informó previamente que 10 de las personas baleadas eran estudiantes, además de una persona lesionada por fragmentos, cuya condición académica no fue confirmada. Los heridos fueron trasladados a hospitales de la zona para su atención.
Como medida inmediata, la Universidad de Brown canceló todas las clases, exámenes, trabajos y proyectos correspondientes al resto del semestre de otoño, y permitió que los estudiantes abandonaran el campus si así lo deseaban. La institución aseguró que quienes permanezcan tendrán acceso a servicios de apoyo y acompañamiento.
La presidenta de la universidad, Christina Paxson, calificó el hecho como devastador, mientras que el rector Francis Doyle llamó a priorizar el cuidado emocional y la seguridad de la comunidad universitaria.
Las investigaciones continúan para esclarecer completamente los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes, mientras Providence mantiene reforzada la presencia policial y la comunidad académica enfrenta las consecuencias de uno de los episodios más graves en la historia reciente de la institución.
















