El Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT) ha tomado la decisión de finalizar el Acuerdo de Cooperación Conjunta entre Delta Air Lines y Aeroméxico, revocando la concesión de inmunidad antimonopolio que permitía a ambas aerolíneas coordinar tarifas y capacidad.
Esta resolución, que entrará en vigor el 1 de enero de 2026, obliga a la disolución de su empresa conjunta y marca un punto de inflexión en la aviación comercial.
La autoridad regulatoria fundamenta su postura en los “efectos anticompetitivos persistentes” en la ruta entre Estados Unidos y la Ciudad de México, los cuales otorgaban una ventaja desleal a los dos operadores predominantes, generando un daño potencial inaceptable para los consumidores y otras partes interesadas.
El organismo argumenta que el impacto de esta distorsión del mercado trasciende la ruta capitalina, afectando la competencia por pasajeros y las operaciones logísticas de carga en otros corredores entre ambos países.
El DOT señala que esta medida es una respuesta directa a una serie de intervenciones y distorsiones de mercado perpetradas por el Gobierno de México, que contravienen el Acuerdo de Transporte Aéreo bilateral. Estas acciones, que incluyen la confiscación de slots (franjas horarias de despegue y aterrizaje) y la prohibición de operaciones exclusivas de carga en el AICM, han creado un ecosistema que no cumple con los estándares internacionales y beneficia desproporcionadamente a la aerolínea de bandera.
En este nuevo panorama regulatorio, mantener el privilegio de inmunidad antimonopolio ya no se considera de interés público, ya que perpetúa una ventaja injusta y reduce sustancialmente la competencia, lastrando la innovación y la evolución del sector aéreo.