Conéctate con nosotros

Internacional

Drones y petróleo enredan el tablero geopolítico del Kurdistán

Mientras el crudo arde, las acusaciones vuelan más alto que los drones en un nuevo capítulo de la guerra invisible.

Avatar

Publicado

en

Drones y petróleo enredan el tablero geopolítico del Kurdistán

En un giro digno de una tragicomedia árabe, un enjambre de drones —aparentemente graduados con honores en la Academia de Sorpresas Geopolíticas— decidió que el amanecer del martes era el momento perfecto para convertir una instalación petrolera en Sarsang en el primer espectáculo pirotécnico del Kurdistán. La empresa HKN Energy, con la serenidad de quien anuncia un retraso en el servicio de cafetería, confirmó que el personal estaba a salvo, porque en esta guerra de cuarta generación lo importante es que el spreadsheet de productividad no sufra bajas.

Mientras las llamas bailaban al ritmo de la hipocresía internacional, el Ministerio de Recursos Naturales kurdo —custodio oficial de la ironía— denunció un “ataque terrorista”. Dos drones, porque uno hubiera sido un incidente, pero dos son una estrategia geopolítica con olor a naftalina imperial. Las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), ese club de entusiastas proiraníes que juran inocencia con la misma convicción que un niño con las manos en la lata de galletas, señalaron al Estado Islámico. Por su parte, el gobierno central iraquí, experto en equilibrismo retórico, calificó las acusaciones de “inaceptables”, lo que en el diccionario diplomático se traduce como “nos pillasteis, pero no tenemos mejor excusa”.

Este episodio llega tras el alto el fuego entre Israel e Irán, porque nada sella mejor una tregua que una guerra subsidiaria en campos petroleros. Las autoridades kurdas, cansadas de ser el tablero de ajedrez donde otros mueven piezas, acusan a Bagdad de mirar para otro lado. Mientras tanto, la coalición estadounidense —siempre puntual para derribar drones pero nunca para explicar por qué siguen apareciendo— juega al escondite estratégico.

Anuncio

Lo único claro es que, en este circo, el petróleo sigue ardiendo, las culpas vuelan más rápido que los misiles y el único perdedor es el ciudadano que aún cree en las notas de prensa que prometen “los más altos estándares de responsabilidad ambiental” mientras el humo negro pinta el cielo de ironía.

Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día