¿Qué sucede cuando convertimos la compasión en un trámite? Las nuevas disposiciones de Israel para fiscalizar a las entidades de asistencia internacional amenazan con despojar a cientos de miles de seres humanos en Gaza de su último hilo de esperanza sanitaria, denuncia Médicos Sin Fronteras (MSF). Esta organización, un pilar fundamental de la respuesta médica en la Franja, enfrenta la posibilidad de ser expulsada por un acto de burocracia.
La advertencia es clara: estas normativas podrían derivar en la anulación del permiso de operación de las organizaciones no gubernamentales a partir del 1 de enero. Sin esta habilitación, grupos como MSF quedarían imposibilitados de brindar auxilio esencial a la población gazatí y de Cisjordania, sumiendo a una comunidad ya devastada en una oscuridad aún más profunda.
La burocracia como arma: un desastre anunciado
La infraestructura sanitaria de Gaza yace en escombros. Si las agencias humanitarias independientes y especializadas pierden su capacidad de acción, no será solo un retroceso; será una sentencia para incontables vidas palestinas, recalca MSF. La entidad exhorta a las autoridades israelíes a asegurar que las ONG puedan continuar su labor de manera imparcial, argumentando que la ya precaria asistencia humanitaria no puede sufrir más recortes. “En el último año, nuestros equipos han atendido a cientos de miles de pacientes y suministrado cientos de millones de litros de agua”, afirmó Pascale Coissard, coordinadora de emergencias de MSF en la región.
Innovar en la catástrofe: el modelo de respuesta de MSF
“Nuestros equipos innovan cada día para expandir sus operaciones y sostener el colapsado sistema de salud de Gaza. Solo en 2025, efectuamos aproximadamente 800.000 consultas externas y atendimos a más de 100.000 pacientes con traumatismos. De obtener el registro, nuestra visión es intensificar significativamente nuestras actividades en 2026”, explicó Coissard.
La magnitud de la labor de MSF es titánica, pero ni siquiera sus esfuerzos colosales bastan para suplir las necesidades abismales de Gaza. Con un presupuesto superior a los 100 millones de euros en 2025, la organización gestionó más de 400 camas hospitalarias; ejecutó 22.700 intervenciones quirúrgicas; administró 45.000 inmunizaciones; asistió más de 10.000 alumbramientos; y proporcionó más de 40.000 sesiones de apoyo psicosocial. Además, suplió más de 700 millones de litros de agua y generó casi 100 millones de litros potables.
Un futuro fracturado: la vida después del registro
Para 2026, MSF ha destinado entre 100 y 120 millones de euros a su misión en Gaza. Muchos de sus servicios son únicos e irremplazables en el panorama actual de destrucción. La exclusión de MSF significaría, simple y llanamente, la condena al sufrimiento evitable para una gran parte de la población, privada de atención médica, agua y asistencia básica.
Las operaciones de MSF benefician directamente a casi medio millón de personas. La organización persiste en la búsqueda de un diálogo constructivo con las autoridades israelíes para mantener su labor vital.
Actualmente, MSF respalda a seis hospitales públicos y opera dos unidades hospitalarias móviles en Gaza. También apoya cuatro centros de salud primaria y dirige un centro de recuperación nutricional. Recientemente, inauguró seis nuevas clínicas especializadas en el cuidado de heridas y otros servicios sanitarios.
La trayectoria de esta ONG en los territorios palestinos ocupados se remonta a 1989, demostrando un compromiso inquebrantable que hoy se ve amenazado no por bombas, sino por formularios.













