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Internacional

El Ejército restaura nombres de bases vinculados a la Confederación

Una maniobra polémica devuelve nombres históricos a bases militares, reavivando el debate sobre el legado confederado.

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WASHINGTON, DC.— Tras una controvertida decisión, siete bases militares estadounidenses recuperan sus nombres originales, aquellos que rindieron homenaje a líderes confederados hasta 2023. ¿Se trata de un intento por honrar a nuevos homónimos o de una estrategia para evadir la prohibición federal de glorificar a la Confederación? La medida, impulsada por el secretario de Defensa Pete Hegseth, ha desatado una tormenta de críticas y sospechas.

Documentos internos y testimonios revelan que el Ejército identificó a militares con los mismos apellidos que los generales confederados, argumentando que merecen reconocimiento. Sin embargo, fuentes dentro de la National Urban League, liderada por Marc Morial, denuncian que esta maniobra busca “eludir el espíritu de la ley” mientras se reinstalan nombres profundamente asociados con la esclavitud. “Es un juego semántico peligroso”, afirma Morial en una entrevista exclusiva.

La trama se complica al rastrear los movimientos del Pentágono: en junio, Fort Liberty (antes Fort Bragg) fue el primero en revertir su nombre, ahora atribuido a Roland Bragg, un soldado de la Segunda Guerra Mundial. Jack Reed, senador demócrata, calificó el acto como “una burla al proceso de reconciliación racial”. Mientras tanto, el gobernador de Luisiana, Jeff Landry, justificó cambios similares con un mensaje en redes sociales acompañado de una imagen de lápida generada por IA que rezaba “medidas progresistas”.

Expertos como Stacy Rosenberg, de la Universidad Carnegie Mellon, cuestionan el costo oculto de estos cambios. “Se gastarán millones en reemplazar señalizaciones, fondos que podrían destinarse a mejorar condiciones para los soldados”, señala. Aunque el Departamento de Defensa no ha proporcionado cifras, registros obtenidos por este medio muestran que solo la renovación de Fort Bragg superó los $2 millones.

La investigación revela un patrón más amplio: el buque USS Harvey Milk también fue renombrado, eliminando la referencia al activista LGBTQ+. ¿Coincidencia o parte de una purga ideológica? Mientras los críticos acusan al gobierno de reescribir la historia, una pregunta queda flotando: ¿Por qué insistir en nombres que dividen cuando existen incontables héroes cuyas historias podrían unir?

Al cruzar declaraciones oficiales con archivos históricos, surge una conclusión incómoda: estos cambios no solo reviven fantasmas del pasado, sino que plantean quién decide qué versiones de la historia merecen ser recordadas. Como resume Rosenberg: “El verdadero honor debería medirse por acciones, no por coincidencias de apellidos”.

El Ejército restaura nombres de bases...
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