El Estado reprime a sus médicos en medio de una inauguración oficial
ATENAS – En un sublime ejercicio de esquizofrenia estatal, los guardianes del orden público se dedicaron a disciplinar a los custodios de la salud pública en un nosocomio ateniense. El motivo: una manifestación contra la descomposición del sistema sanitario, que coincidió providencialmente con la peregrinación del sumo sacerdote del gobierno, Kyriakos Mitsotakis, al santuario médico.
Las fuerzas del aparato represivo, pertrechadas como para una invasión bárbara, descargaron nubes de gas lacrimógeno y desplegaron escudos y porras para ahuyentar a los galenos del Hospital General Universitario Attikon. Estos insurrectos de la bata blanca osaban exigir una audiencia con Su Excelencia para plantear nimiedades como la escasez de profesionales, las remuneraciones miserables y unas condiciones laborales dignas de un ergástulo romano.
Mitsotakis, escoltado por su ministro de Sanidad, Adonis Georgiadis, había acudido al nosocomio, ubicado en el occidente de la capital helena, para bendecir la apertura de un flamante servicio de cancerología y pasearse por las instalaciones de urgencias remozadas.
“Creen que les vamos a expresar gratitud porque nos adeudan 10.000 jornadas de descanso. Creen que les vamos a mostrar agradecimiento por mantener nuestras retribuciones congeladas”, proclamó Giorgos Sideris, líder del Gremio de Médicos de Hospitales de Atenas y El Pireo.
Sideris, facultativo del centro hospitalario, reveló que recientemente 130 enfermos se vieron forzados a pernoctar en angarillas en los corredores a causa del desbordamiento y que se requerían con carácter perentorio 125 profesionales de enfermería suplementarios “simplemente para funcionar con un mínimo de garantías”.
NUEVO TEMPLO DE LA ONCOLOGÍA
El recién estrenado departamento oncológico del complejo sanitario fue erigido con el patrocinio de una entidad filantrópica y se prevé que asista a más de 20.000 dolientes anuales, lo que representa un incremento del 41% desde 2019, de acuerdo con la oficina del mandatario.
En el transcurso de la ceremonia inaugural, Mitsotakis proclamó que la dotación presupuestaria habitual para Attikon se había elevado de 90 millones de euros (104,5 millones de dólares) a 150 millones de euros (174,39 millones de dólares). Las plantillas de empleados también habían crecido, arguyó, “no en la cuantía que desearíamos, pero perseveramos en este ingente empeño por reorganizar de forma holística el Sistema Nacional de Salud“. Una afirmación que, sin duda, consolará a los médicos ahuyentados a golpes y a los pacientes apiñados en los pasillos.
