El sublime arte de dialogar mientras el mundo arde

El sublime arte de dialogar mientras el mundo arde

Foto: El Universal.

En un espectáculo que rivaliza con los mejores actos de equilibrismo circense, la exministra canadiense Mary Ng ha proclamado el nuevo evangelio para la supervivencia en América del Norte: el diálogo perpetuo. Sí, mientras el mundo se despedaza en mil pedazos y las narrativas externas merodean como lobos hambrientos, nuestros ilustres líderes han descubierto la piedra filosofal de la diplomacia: seguir hablando, aunque sea para decir que hay que seguir hablando.

Durante su intervención en el Global Investors Symposium del Milken Institute, la alta sacerdotisa del comercio internacional reveló la profundidad de su revelación: “Tenemos que seguir hablando entre nosotros. Tenemos que seguir trabajando juntos”. Una lógica tan irrefutable como decir que el agua moja, pero aparentemente necesaria de recordar a quienes gobiernan naciones.

En lo que solo puede describirse como un momento de iluminación burocrática, Ng declaró: “la única forma de superar las partes difíciles es resistir las circunstancias externas y el ruido que hay allá afuera”. Una filosofía que, aplicada con rigor, nos llevaría a resolver el hambre en el mundo sugiriendo a los hambrientos que ignoren la molesta sensación en sus estómagos.

La exministra, con la visión de quien ha descubierto el hilo negro, explicó que la relación trilateral es crucial para desarrollar infraestructura comercial. “Si estamos haciendo más nearshoring, entonces necesitaremos la logística y la infraestructura comercial”, anunció, revelando que para traer fábricas necesitamos… ¡puertos y carreteras! Qué audaz conclusión.

Pero el verdadero tesoro de esta comedia diplomática llegó con la intervención del embajador mexicano Esteban Moctezuma, quien aseguró que el gobierno mexicano comprende profundamente “las necesidades de Estados Unidos y qué es lo que quiere el presidente Donald Trump”. Una hazaña de percepción psíquica que haría palidecer a los más reputados videntes, especialmente considerando que entender lo que quiere Trump es como intentar atrapar el humo con las manos.

Moctezuma proclamó que hay “un gran avance” en temas de migración y fentanilo, y que “la negociación ha sido bastante saludable”. Porque nada es más saludable que negociar con quien periódicamente amenaza con cerrar la frontera más transitada del mundo, como un niño que promete portarse bien si le compran el juguete que quiere.

Así, en el gran teatro de las relaciones internacionales, nuestros líderes practican el noble arte del diálogo por el diálogo mismo, una coreografía perfecta donde todos bailan alrededor de los problemas reales, pronunciando las palabras mágicas: cooperación, trabajo conjunto y visión a largo plazo. Mientras, en el mundo real, los ciudadanos de a pie observamos este ballet burocrático preguntándonos si alguna vez se darán cuenta de que el emperador no lleva ropa.

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