El sueño capitalista se desangra en Park Avenue

NUEVA YORK — En un sublime acto de performance artístico-capitalista, un emprendedor armado decidió hoy “liquidar activos humanos” en el templo sagrado del neoliberalismo: un rascacielos donde la NFL y fondos buitre comparten código postal.

El protagonista, Shane Tamura —ciudadano ejemplar con licencia para matar (perdón, “portar armas ocultas” en Las Vegas)— demostró la eficiencia del “do it yourself” estadounidense: cinco bajas incluyendo un policía en su día libre (ironías de la vida), antes de aplicar el despedida corporativa definitiva: un tiro al manual de recursos humanos.

Testigos relataron el instante en que el “espíritu emprendedor” resonó en Park Avenue: “Sonaba como una reunión de accionistas… pero más rápida”, describió Jessica Chen, quien practicó el team building más intenso de su carrera al barricadearse con muebles de oficina.

Mientras tanto, el alcalde Adams —en un guiño al teatro del absurdo— grabó un tutorial de “Cómo sobrevivir al capitalismo tardío” para redes sociales, entre visitas protocolarias a hospitales donde las familias aprendían que el sueño americano ahora incluye balística avanzada.

La escena dantesca: ejecutivos evacuando con las manos en la cabeza (como en sus juntas trimestrales, pero con más adrenalina), pasando junto al Consulado de Irlanda —que por fin entendió por qué sus ancestros emigraron— mientras el sistema de emergencias anunciaba retrasos, porque ni el Apocalipsis detiene la hora pico.

Paradoja estadística: Nueva York celebra su año más seguro en décadas. Claro, si ignoramos que “seguro” ahora significa que solo mueren los justos necesarios para mantener el rating de noticias.

Epílogo: los sobrevivientes volvieron a sus cubículos dos horas después. El mercado bursátil no se inmutó. El capitalismo, como siempre, sigue disparando… aunque sea literalmente.