Una decisión sin precedentes por parte del gobierno estadounidense amenaza con tensar aún más las relaciones bilaterales. ¿Qué llevó a Washington a tomar una medida tan drástica contra un jefe de Estado aliado?
El Departamento de Estado, a través de un contundente comunicado en la red social X, acusó al presidente colombiano, Gustavo Petro, de instar a la desobediencia y de realizar “acciones imprudentes e incendiarias” durante una manifestación en las calles de Nueva York. La consecuencia inmediata: la revocación de su visa.
Pero, ¿qué dijo exactamente Petro para provocar esta reacción? Nuestra investigación reconstruye los hechos. Horas antes del anuncio oficial, el mandatario, custodiado por su equipo de seguridad y acompañado por figuras como el músico Roger Waters, se dirigió a los manifestantes con un megáfono. Frente a la sede de la ONU, y de forma paralela al discurso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Petro insistió en una propuesta que ya había esbozado en la Asamblea General: la creación de un “ejército de la salvación del mundo”.
“Hay que configurar un ejército más poderoso que los de Estados Unidos e Israel juntos”, declaró. Y añadió, en una frase que resonó con especial fuerza: “Con el último veto que realizó Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, se acabó la diplomacia… se responde con armas”.
Las declaraciones más polémicas, sin embargo, estuvieron dirigidas directamente a los miembros de las fuerzas armadas estadounidenses. Petro les pidió que “no apuntaran contra la humanidad sus fusiles” y les exhortó a “desobedecer la orden de (Donald) Trump, obedezcan la orden de la humanidad”. ¿Fue esto una incitación directa a la insubordinación, como interpretó Washington, o una apelación retórica en el contexto de una protesta pacífica?
Al profundizar, encontramos que este episodio no es un hecho aislado, sino el punto álgido de una ruptura diplomática que se venía gestando. Colombia, bajo el liderazgo de su primer presidente de izquierda, un exguerrillero, rompió relaciones con Israel en mayo de 2024 y suspendió las exportaciones de carbón. Petro ha calificado consistentemente las acciones militares israelíes en Gaza como un “genocidio“, alineándose con la acusación que Sudáfrica presentó ante la Corte Internacional de Justicia, y que Colombia apoya.
La pregunta que queda en el aire es si la revocación de la visa es simplemente una respuesta a unas declaraciones específicas o forma parte de una estrategia más amplia de presión diplomática. Mientras tanto, Petro anunció que su país presentará una resolución ante la Asamblea General para formalizar la propuesta del ejército internacional, buscando el apoyo de otras naciones. Este movimiento, sin duda, redefine el papel de Colombia en el escenario global y desafía abiertamente el orden establecido, con consecuencias aún impredecibles para la geopolítica regional.