Estados Unidos aplicará un arancel del 17.09% a la mayoría de las exportaciones de tomate fresco mexicano, tras romper un pacto bilateral que evitaba impuestos desde 1996. La decisión, impulsada por la administración Trump, responde a presiones de productores agrícolas de Florida, quienes denuncian competencia desleal por precios inferiores a los costos de producción.
El Departamento de Comercio estadounidense confirmó la medida este lunes, eliminando el acuerdo renovado en 2019. Howard Lutnick, secretario de Comercio, defendió la acción: “Nuestros agricultores merecen igualdad de condiciones frente a prácticas que distorsionan el mercado”. Los derechos antidumping buscan compensar supuestas ventas por debajo de valor justo.
Según datos oficiales, México provee el 90% del tomate importado en EU, con un volumen anual de 1.92 millones de toneladas (USD $3,120 millones). Un estudio de la Universidad Texas A&M estima que este flujo comercial genera pérdidas por USD $8,300 millones y afecta 46,000 empleos en Texas y Arizona.
La disputa refleja tensiones en la cadena agroalimentaria global, donde tecnologías como agricultura de precisión y blockchain para trazabilidad podrían transparentar costos. Analistas advierten riesgos para la integración económica regional en plena era de proteccionismo digitalizado.
Con información de José Díaz Briseño