Exalumno mata a nueve personas en tiroteo escolar en Austria

VIENA — ¿Qué impulsó a un joven de 21 años, sin antecedentes penales, a cometer la masacre más sangrienta en Austria desde la Segunda Guerra Mundial? Las autoridades aún no tienen respuestas, pero los detalles que emergen pintan un cuadro perturbador.

El martes, en el instituto BORG Dreierschützengasse de Graz, un exalumno armado con dos fusiles —adquiridos legalmente, según la policía— acabó con la vida de nueve personas e hirió a doce antes de suicidarse en un baño del centro educativo. La rapidez de la tragedia, consumada en apenas 17 minutos, dejó a una nación entera en shock.

“Hoy es un día oscuro en nuestra historia”, admitió el canciller Christian Stocker, quien decretó tres días de luto nacional. Pero detrás de las banderas a media asta, surgen preguntas incómodas: ¿Cómo obtuvo el agresor, identificado solo como un residente local, acceso a armas letales? ¿Fallaron los mecanismos de prevención?

Fuentes policiales confirmaron a este medio que las víctimas —seis mujeres y tres hombres— fueron atacadas en plena actividad académica. Testigos como Metin Özden, dueño de un restaurante cercano, describieron escenas caóticas: “Nunca vi tantos servicios de emergencia… padres corriendo y llorando”. La Cruz Roja movilizó a 158 especialistas, incluyendo psicólogos para atender el trauma colectivo.

Este episodio reaviva el debate sobre las laxas leyes de armas en Austria, donde rifles y escopetas pueden adquirirse desde los 18 años sin permiso especial. Aunque el ministro del Interior, Gerhard Karner, evitó vincular directamente la normativa con el ataque, reconocíó que el agresor abandonó la escuela sin graduarse. ¿Ocultaba resentimientos? ¿Hubo señales de alerta ignoradas?

El tiroteo ocurre en una ciudad marcada por la violencia: en 2015, un atropello masivo en Graz dejó tres muertos. Pero la escala de esta tragedia supera incluso el atentado yihadista de Viena en 2020. Expertos consultados advierten que, sin reformas profundas, Austria podría enfrentar más episodios similares. Mientras las familias lloran, una pregunta resuena: ¿Cuántas vidas más se perderán antes de actuar?