Un Fallo que Redefine la Responsabilidad Turística
Una decisión judicial federal ha despejado el horizonte legal para una medida sin precedentes: Hawai integrará a los viajeros de transatlánticos en un gravamen ecológico pionero, diseñado para financiar la batalla contra la crisis climática. Este tributo, que comenzará a regir en 2026, no es un simple impuesto; es una declaración de principios que cuestiona el modelo extractivo del turismo masivo.
¿Por qué Gravar el Ocio? La Lógica de un Paradigma Disruptivo
La magistrada Jill A. Otake rechazó el intento de bloquear la aplicación de esta normativa a las navieras. Este es el primer tributo nacional específicamente destinado a mitigar los efectos del calentamiento global, una idea que conecta directamente el costo de la huella de carbono con quien la genera. El gobernador Josh Green firmó una ley que canalizará estos fondos —estimados en unos 100 millones de dólares anuales— hacia la protección costera, la prevención de incendios y otras urgencias ambientales.
El mecanismo es audaz: además de incrementar las tasas hoteleras, aplica un 11% sobre la tarifa bruta de los pasajes de cruceros, prorrateado por los días de estancia en puerto. ¿Y si en lugar de verlo como un costo, lo vemos como una inversión obligatoria en el destino que se consume?
La Resistencia del Status Quo y una Pregunta Incómoda
La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros, junto a proveedores locales, interpuso una demanda argumentando inconstitucionalidad y un posible daño al sector. Alegan que el gravamen encarecería los viajes. Pero la pregunta disruptiva es: ¿acaso el verdadero costo de estos viajes, su impacto ambiental, no ha estado subvencionado por las comunidades locales durante décadas? La ley incluso permite a los condados añadir un 3% adicional, llevando la contribución potencial al 14%.
Frente a la afirmación de que la industria genera “1.000 millones de dólares” y empleo, un pensador lateral se cuestiona: ¿es un beneficio neto cuando se contrapone a la degradación ecológica y la presión sobre los recursos? El portavoz Jim McCarthy habla de sostenibilidad legal; Hawai está redefiniendo la sostenibilidad como un pacto fiscal concreto.
El Conflicto se Intensifica: ¿Extorsión o Justicia Climática?
Los demandantes apelarán y buscan una medida cautelar antes de que la legislación entre en vigor en enero. El estado, a través de la fiscal general Anne Lopez, defenderá la norma, insistiendo en que las compañías navieras deben pagar su parte del impuesto de alojamiento transitorio.
La intervención más reveladora vino del gobierno federal, que tildó el impuesto de “esquema extorsivo“. Esta colisión frontal expone la grieta fundamental: ¿son las fronteras legales más importantes que los límites planetarios? Hawai no está solo gravando un servicio; está ensayando un modelo donde el “privilegio de entrar” a un paraíso frágil conlleva la obligación explícita de preservarlo. Es un experimento audaz que podría inspirar a todo litoral vulnerable, transformando a los visitantes flotantes de meros espectadores en corresponsables financieros de la resiliencia climática.













