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El secretario general adjunto de la milicia libanesa Hezbollah, Naim Kassem, declaró este miércoles que el reciente ataque selectivo israelí en territorio de Qatar constituye una advertencia estratégica para las petromonarquías del Golfo: su estabilidad está en la mira si las facciones armadas de la región son neutralizadas.
Esta declaración de alto impacto se produce en la estela del operativo fallido contra la cúpula política de Hamás en Doha, un episodio que tensiona el rol mediador de Qatar en el conflicto de Gaza. El asalto aéreo, que no alcanzó a sus objetivos primarios, resultó en la muerte de cinco militantes y un agente de seguridad qatarí, escalando la confrontación a un nuevo nivel de desestabilización regional.
“Nuestra solidaridad es absoluta con Qatar, víctima de una agresión flagrante, y con la resistencia palestina“, afirmó Kassem, contextualizando el movimiento israelí dentro de una estrategia expansionista de larga data orientada a reconfigurar el mapa geopolítico de Medio Oriente.
El pronunciamiento del líder ocurre en un momento de máxima presión interna, días después de que el gobierno libanés avalara una iniciativa para desmantelar el arsenal de la milicia, fuertemente diezmada tras catorce meses de guerra abierta contra Israel que concluyó en noviembre con una frágil tregua mediada por Washington.
Kassem argumentó que la única barrera efectiva contra los objetivos expansionistas de Tel Aviv es la red de actores armados diseminados en Líbano, Gaza y otros puntos calientes de la región. Hizo un llamado explícito a los estados del Golfo para que incrementen su respaldo financiero, político y logístico a estas facciones.
“Si el enemigo lograra derrotar a la resistencia —y no lo logrará—, ustedes serán el siguiente objetivo”, alertó, dirigiéndose directamente a naciones como Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos, que mantienen relaciones diplomáticas con Israel.
Respecto al cese de hostilidades en el frente libanés, Kassem lo calificó de fracaso, acusando a Israel de violar sistemáticamente la tregua. Desde su implementación, las fuerzas israelíes han ejecutado incursiones aéreas cuotidianas sobre territorio libanés, apuntando a impedir la recomposición operativa de Hezbollah.
El líder cerró su intervención exigiendo unidad nacional y rechazando cualquier negociación sobre el desarme fuera de un marco de seguridad integral. Oficiales de la milicia condicionan cualquier diálogo al repliegue israelí de cinco posiciones estratégicas dentro de Líbano y al cese total de las incursiones.
El balance del conflicto es devastador: más de 4,000 víctimas en Líbano, centenares de ellas civiles, y daños valuados en 11,000 millones de dólares. Del lado israelí, se registraron 127 bajas, incluyendo 80 militares. La guerra estalló el 8 de octubre de 2023, como respuesta de Hezbollah a la incursión de Hamás en Israel, evolucionando hacia un conflicto total hacia fines de septiembre de 2024.