Teherán, Irán.— En una escalada de tensiones tras los ataques estadounidenses a sus instalaciones nucleares, el parlamento iraní aprobó este domingo el cierre estratégico del Estrecho de Ormuz, ruta crítica por donde transita el 20% del suministro global de hidrocarburos.
La medida, pendiente de ratificación por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, podría desencadenar una crisis energética mundial y reconfigurar el equilibrio geopolítico. Esmail Kosari, comandante de la Guardia Revolucionaria, confirmó que la opción está activa y se ejecutará “como contramedida proporcional”.
Este corredor marítimo, puente entre el Golfo Pérsico y los mercados internacionales, registró un flujo diario de 20.1 millones de barriles de crudo en 2025 según datos estadounidenses. Su bloqueo paralizaría cadenas logísticas y dispararía los precios del combustible a escala planetaria.
El canciller Abbas Araghchi denunció los bombardeos como “terrorismo de Estado” que viola el derecho internacional, mientras advirtió que Teherán ejercerá “todas las opciones de autodefensa permitidas por la Carta de la ONU”. Analistas prevén que la movilización de fuerzas navales en la zona incremente el riesgo de confrontación directa.