Irán corta internet mientras Israel corta cabezas

En un movimiento que fusiona la innovación tecnológica con la tradicional censura, el régimen iraní ha decidido que, si no puedes vencer al enemigo, al menos puedes evitar que tus ciudadanos lo vean en Twitter. Tras los bombardeos israelíes a la instalación nuclear de Natanz —un sitio tan frecuentado por los drones hebreos que ya deberían cobrar entrada—, las autoridades han optado por la solución infalible: desconectar el país como quien apaga un router en plena rabieta.

“Son medidas temporales“, declaró el Ministerio de Comunicaciones, mientras sus ciudadanos reviven el encanto de la era pre-digital: cartas escritas a mano, señales de humo y, cómo no, la confiable prensa estatal para informarles que todo está “totalmente bajo control”. Por su parte, Israel, siempre delicado en sus gestos diplomáticos, envió un mensaje de paz en forma de misil con la dedicatoria: “Para el jefe de la Guardia Revolucionaria, con cariño”.

El ataque, que dejó sin aliento —literalmente— a varios altos mandos militares, ocurre en el marco de unas negociaciones nucleares tan estancadas como el tráfico en Teherán. Mientras Occidente discute centrifugadoras, Oriente Próximo prefiere el lenguaje universal de los explosivos. Y así, entre apagones de internet y luces de misiles, la región demuestra una vez más que, cuando se trata de diálogo, siempre eligen el modo avión.