Conéctate con nosotros

Internacional

Israel bombardea reactor iraní en medio de un frágil acuerdo nuclear

Un ataque aéreo revela las tensiones ocultas tras un reactor inactivo pero polémico.

Avatar

Publicado

en

DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos — En un giro digno de una tragicomedia geopolítica, el reactor de agua pesada de Arak —esa joya arquitectónica que nunca funcionó pero que todos insisten en destruir— recibió su bautizo de fuego gracias a la siempre delicada diplomacia israelí. Porque, ¿qué mejor manera de garantizar la paz que bombardeando instalaciones inactivas?

Resulta que, aunque el reactor era tan útil como un submarino en el desierto (sin combustible, sin operación, sin riesgo radiológico), su mera existencia ofendía la sensibilidad estratégica de Israel. Así que, en un acto de precisión quirúrgica, decidieron convertirlo en un cráter, porque nada dice “no al plutonio” como un ataque aéreo preventivo contra un edificio vacío.

Irán, por su parte, mantiene su habitual doble discurso: insiste en que su programa es pacífico, aunque enriquece uranio al 60% (un peldaño técnico del 90% necesario para armas). Vamos, como quien dice “solo cultivo amapolas para hacer té, lo de la heroína es pura coincidencia”. Mientras, la AIEA —esa noble institución que vigila armas nucleares como un guardia de tráfico en una autopista— sigue perdiendo la pista del agua pesada iraní, porque ¿para qué molestarse en contabilizar lo que tarde o temprano alguien bombardeará?

Anuncio

El acuerdo nuclear de 2015, ese pacto que todos firmaron y nadie respetó, incluía verter hormigón en partes del reactor. Una solución tan efectiva como tapar un volcán con plastilina. Y cuando Trump abandonó el tratado, Irán, en un arranque de pragmatismo, simplemente compró repuestos. Porque, claro, si vas a construir una bomba, mejor tener los manuales de Ikea a mano.

El ataque israelí, eso sí, fue impecablemente coreografiado: bombas cayendo sobre la cúpula, columnas de humo dignas de Hollywood y la tranquilizadora certeza de que, al menos esta vez, no habrá Chernóbil. Porque en Oriente Medio, la destrucción solo es aceptable si no genera radiación… pero si mata periodistas o civiles, eso ya es otro tema.

Al final, el mensaje es claro: la paz se construye a misiles. Y si algún día Irán decide fabricar plutonio, al menos tendrá que hacerlo entre escombros. ¡Progreso!

Anuncio
Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día