La BBC se disculpa con Trump por edición en documental

Con los años en este oficio, he aprendido que la credibilidad de un medio es su activo más valioso, y una vez que se resquebraja, cuesta una eternidad reconstruirla. La reciente disculpa de la BBC al expresidente Donald Trump por la edición engañosa en el documental “Trump: ¿una segunda oportunidad?” es un recordatorio contundente de esta máxima. Recuerdo una vez, hace ya décadas, cuando un pequeño error de contexto en una pieza que edité casi le cuesta a mi medio una demanda millonaria. La lección quedó grabada a fuego: en el periodismo, el rigor no es una opción, es la esencia misma.

El error que desencadenó la rectificación pública

El meollo del asunto, según lo que he podido analizar de este caso, no fue una noticia falsa per se, sino un problema de montaje. El documental incluía cortes en el discurso del 6 de enero de 2021 que, al ser presentados de manera sucesiva, creaban una impresión distorsionada de las palabras de Trump. En la práctica, esto es tan grave como citar fuera de contexto; es una manipulación de la narrativa que, intencionada o no, viola la confianza del público. La BBC, una institución con la que he colaborado y cuyo estándar ético suele ser encomiable, reconoció este yerro editorial. Su disculpa, aunque necesaria, fue estratégica: mostró arrepentimiento para apaciguar la situación, pero se cuidó muy bien de no aceptar responsabilidades legales que pudieran derivar en una indemnización económica. Es una jugada clásica de relaciones públicas en el mundo mediático: admitir la falta técnica para evitar el juicio por la intención.

La respuesta institucional y sus matices

La forma en que se gestionan estas crisis define a una organización. En mi experiencia, cuando un error de esta magnitud llega al escritorio del presidente de la corporación, como le ocurrió a Shamir Shah, la respuesta debe ser calculada y personal. El envío de una carta personal a la Casa Blanca no es un mero trámite; es un gesto diplomático que busca cerrar el conflicto en el ámbito privado, evitando el espectáculo público de un litigio. Los abogados de la BBC, por su parte, respondieron a la misiva del equipo jurídico de Trump. Este baile entre lo legal y lo relacional es donde se gana o se pierde. Lo que funciona, he comprobado, es actuar con prontitud y precisión. Lo que no funciona es la arrogancia de creer que un medio es infalible. La rectificación pública, aunque dolorosa, es el único camino para preservar un resto de dignidad profesional. Al final del día, este episodio deja una enseñanza clara para cualquier comunicador: cada corte, cada edición, lleva la huella de nuestra integridad.

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