La Cruzada del Pacífico contra Fantasmas Flotantes
En un alarde de heroísmo sin precedentes, el aparato bélico más costoso de la historia humana ha conseguido una victoria aplastante contra su enemigo más formidable: cuatro barcos de madera cargados de fardos. El ilustre secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció con orgullo la hazaña, donde la sofisticada tecnología militar estadounidense logró pulverizar a catorce almas anónimas que osaron desafiar el orden mundial navegando por el océano.
Esta escalada gloriosa en la cacería de fantasmas náuticos marca un hito en la geopolítica moderna: es la primera vez que el Leviatán armado anuncia múltiples ejecuciones en un solo día, demostrando una eficiencia letal que haría palidecer a las antiguas potencias coloniales.
El Teatro de lo Absurdo en Alta Mar
Las autoridades mexicanas, en un gesto de complicidad burocrática, aceptaron el honroso papel de coordinar el rescate del único superviviente de esta masacre meticulosa. El protocolo diplomático, esa coreografía de la hipocresía, no aclara si el náufrago será tratado como testigo, criminal o trofeo de guerra.
En un episodio anterior de esta ópera bufa trágica, el Ejército del Tío Sam había jugado a ser servicio de repatriación, devolviendo a dos afortunados a sus países de origen como si fueran turistas extraviados, no sobrevivientes de un ataque con drones.
La Estética de la Destrucción
Hegseth, en un acto de transparencia macabra, compartió en redes sociales las imágenes de la gesta. Se observan dos embarcaciones, una visiblemente sobrecargada de esperanza empaquetada, siendo obliteradas con precisión cinematográfica. La secuencia tiene el esteticismo vacío de un videojuego: explosiones perfectas, llamas decorativas y la ausencia perturbadora de humanidad.
El tercer acto de este drama naval muestra el culmen de la estrategia: dos botes esencialmente vacíos, con un par de figuras moviéndose como insectos antes de ser engullidos por el fuego purificador. La lógica militar dicta que todo lo que flota en una ruta sospechosa es un blanco legítimo, aunque solo transporte aire y miseria.
La Contabilidad de la Sinrazón
El Pentágono, ese templo de la razón belicista, justificó la operación afirmando que los barcos “eran conocidos por nuestro aparato de inteligencia”. Lo que no especifican es que en el diccionario bélico, “conocido” significa “cualquier cosa que se mueva en el 40% del planeta que es océano”.
El saldo mortífero de esta cruzada quijotesca asciende ya a 57 almas convertidas en estadística. Mientras, el verdadero monstruo -la insaciable demanda de narcóticos en el país que lanza los misiles- sigue creciendo en las sombras, inmune a los fuegos artificiales sobre el agua.




















