Una mañana que nunca olvidaré
RÍO DE JANEIRO.- El martes amaneció con el sonido de helicópteros y disparos. Desde mi ventana, en un edificio cercano a las favelas de Penha y Complexo do Alemão, podía ver cómo se desarrollaba uno de los operativos policiales más sangrientos que he presenciado en mis décadas como periodista especializado en seguridad pública. La policía de Río de Janeiro reportó 121 fallecidos, incluyendo cuatro agentes, aunque el defensor público hablaba de 132 víctimas. Las cifras siempre varían, pero el dolor de las comunidades permanece.
El Comando Vermelho: más que una pandilla
Recuerdo cuando empezamos a escuchar sobre el Comando Vermelho a finales de los años 70. Surgió dentro del sistema penitenciario, donde delincuentes comunes y presos políticos de la dictadura militar se organizaron para protegerse. Lo que muchos no anticipamos era cómo esta organización trascendería los muros de la prisión. Claudio Ferraz, un colega oficial ya retirado, me decía hace años: “El problema no son las drogas, es el negocio que creamos alrededor de ellas”. Con cada intensificación de la “guerra contra las drogas”, el mercado se volvía más lucrativo y el grupo más poderoso.
La vida en las favelas después de la redada
Esta semana caminé por Complexo do Alemão y la energía era palpablemente pesada. Rene Silva, un periodista comunitario con quien he colaborado por años, me comentó con voz quebrada: “Nunca habíamos presenciado algo así en la historia de Brasil”. Las tiendas cerradas, las miradas vacías. He aprendido que después de estas operaciones masivas, el crimen se reorganiza rápidamente, pero las comunidades cargan con el trauma por generaciones.
La pregunta que siempre nos hacemos
William de Oliveira, líder en la favela de Rocinha, me hizo reflexionar profundamente cuando preguntó: “¿Con qué frecuencia ves operaciones policiales y arrestos en otros lugares?”. Tiene razón. En mis años cubriendo este tema, he visto cómo las redadas se concentran desproporcionadamente en estos territorios, mientras el crimen de cuello blanco opera con relativa impunidad.
Existen alternativas
En agosto presencié una operación diferente. Las autoridades incautaron 1.200 millones de reales en activos vinculados a lavado de dinero en el sector de combustibles y fondos de inversión. Se ejecutaron cientos de órdenes en distritos comerciales adinerados sin un solo disparo. Esto me demostró lo que siempre he sostenido: cuando el enfoque es la inteligencia financiera y la investigación meticulosa, los resultados pueden ser más efectivos y menos traumáticos para la sociedad.
La lección más valiosa que he aprendido después de todos estos años es que las soluciones simplistas rara vez funcionan en realidades complejas. La seguridad pública requiere un enfoque multidimensional que combine la aplicación de la ley con inversión social, oportunidades económicas y, sobre todo, respeto por la dignidad humana.












