La justicia georgiana ofrece descuento por pronta confesión millonaria
TIFLIS, Paraíso Fiscal del Cáucaso
En un sublime ejemplo de justicia proporcional que haría llorar de emoción a cualquier defensor de los derechos humanos con cuenta bancaria abultada, la ciudadanía georgiana ha sido testigo de cómo el sistema penal puede transformarse en un servicio de lujo a la carta.
La ciudadana británica Bella May Culley, quien accidentalmente transportaba un jardín botánico completo en su equipaje -12 kilos de marihuana y 2 de hachís- descubrió que en esta ex república soviética existe el principio de “culpabilidad premium”. Por el módico precio de 184.000 dólares (equivalente a unos 500.000 laris de la compra semanal), cualquier condena puede evaporarse como por arte de magia capitalista.
El milagro georgiano: de cadena perpetua a lágrimas de felicidad
Lo que inicialmente parecía un trágico error de cálculo -transportar suficiente cannabis como para mantener feliz a medio Teesside- se resolvió mediante la fórmula matemática perfecta: (Tiempo cumplido) + (Confesión estratégica) + (Condición de gestante) × (Multiplicador monetario) = Libertad condicionada al tamaño del talonario.
“Fue totalmente inesperado”, declaró la madre entre sollozos de alivio, probablemente refiriéndose a la generosidad del sistema judicial georgiano al aceptar su contribución voluntaria al erario público.
El fiscal Vakhtang Tsalughelashvili, demostrando una compasión que rara vez se ve fuera de los mostradores de atención al cliente de bancos suizos, explicó que “revisamos el caso considerando la confesión de la acusada, su edad y condición”. Por supuesto, la condición más relevante resultó ser la liquidez financiera familiar.
El abogado Malkhaz Salakhaia, nuevo héroe nacional británico, incluso bromeó sobre la posibilidad de que el nonato bebé lleve su nombre. Una práctica conmovedora que demuestra cómo los lazos afectivos pueden florecer incluso en los suelos más áridos del sistema penal.
El modelo de negocio judicial que Europa no se atreve a copiar
- Georgia, nación pionera en modernización carcelaria, ha perfeccionado el arte de los acuerdos de culpabilidad financiera
- Los cargos por narcotráfico se convierten en simples transacciones comerciales entre el estado y el contribuyente ocasional
- La tortura en Tailandia sirve como coartada exótica que añade dramatismo al relato
Mientras en otras naciones menos ilustradas los traficantes de drogas enfrentan décadas entre rejas, el modelo georgiano prefiere el enfoque pragmático: ¿por qué mantener a un turista británico embarazada en prisión cuando puede contribuir al PIB nacional?
La lección que deja este episodio es clara: en el nuevo orden global, la justicia es proporcional a la capacidad de pago. Y aquellos que critiquen este sistema probablemente simplemente no pueden permitirse sus ventajas.

















