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Internacional

La UE impone a Google una multa récord por monopolio publicitario

La Comisión Europea exige un cambio estructural en el ecosistema publicitario digital tras sancionar prácticas anticompetitivas.

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La Unión Europea sanciona a Google con una multa histórica

Los reguladores de la Unión Europea han impuesto a Google una sanción económica de 2.950 millones de euros por violar las normativas de competencia del bloque comunitario, al favorecer sistemáticamente sus propios servicios de publicidad programática y tecnología publicitaria.

Foto: Agencia AP.

La Comisión Europea, órgano ejecutivo y principal autoridad antitrust del bloque, ha ordenado al gigante tecnológico cesar inmediatamente sus prácticas de autopreferencia y resolver los conflictos de interés identificados en su ecosistema de supply chain publicitaria.

Esta sanción representa el cuarto procedimiento antitrust millonario que Bruselas abre contra la compañía desde 2017, en una batalla regulatoria que redefine los límites del poder digital en la economía global.

La investigación de la Comisión demostró que Google abusó de su posición dominante en el mercado al privilegiar sus plataformas AdX y DFP (DoubleClick for Publishers), perjudicando directamente a competidores, anunciantes y editores digitales.

Repercusión global y respuesta política

La decisión ha generado reacciones trasatlánticas, incluyendo críticas desde Estados Unidos, donde se argumenta que la multa impacta negativamente en la inversión y la generación de empleo norteamericanos.

Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para Competencia, señaló que la solución estructural más viable podría requerir la desinversión parcial de su negocio de ad tech. “La única forma efectiva de resolver este conflicto de intereses podría pasar por una solución estructural, como la venta de parte de su negocio de tecnología publicitaria”, afirmó Ribera.

El futuro del ecosistema publicitario

Las prácticas sancionadas han distorsionado el mercado, incrementando los costes de marketing para los anunciantes –que probablemente trasladaron estos sobrecostes a los consumidores europeos– y reduciendo los ingresos de los editores, afectando potencialmente la calidad del contenido y las suscripciones.

Google ha calificado la decisión como “errónea” y ha anunciado su intención de apelar, argumentando que los cambios exigidos perjudicarán a miles de empresas europeas. La compañía dispone de 60 días para presentar sus propuestas de remediación ante la Comisión.

Este caso sienta un precedente crucial en la gobernanza de los oligopolios digitales y marca la hoja de ruta para la aplicación del Digital Markets Act, estableciendo nuevos estándares de competencia leal en la economía de los datos.

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