La violencia obliga a MSF a abandonar Puerto Príncipe

La crisis humanitaria en Haití alcanza un punto de inflexión

La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras ha anunciado el cierre definitivo de su centro de emergencias en Puerto Príncipe, una decisión forzada por la escalada de violencia que domina la capital haitiana. Este retroceso humanitario deja a una población ya de por sí vulnerable en una situación sanitaria crítica.

El colapso del sistema de salud en la ciudad es casi total: más del 60% de las instalaciones médicas, incluido el hospital general, han cesado sus operaciones. El control territorial de grupos armados ha convertido la prestación de asistencia sanitaria en una misión de alto riesgo.

“El edificio ha sido impactado en múltiples ocasiones por proyectiles al estar próximo a zonas de conflicto activo. Reanudar nuestra labor clínica supondría un peligro inaceptable para pacientes y personal sanitario”, explicó Jean-Marc Biquet, responsable de misión de MSF en el terreno.

El centro de Turgeau, que había sido reubicado en 2021 desde Martissant por amenazas de seguridad, constituía un bastión sanitario vital. Entre 2021 y marzo de 2025, sus equipos médicos atendieron a más de 100.000 pacientes, con picos de 300 atenciones en solo una semana.

El impacto humano de la crisis de seguridad

Las cifras de la ONU reflejan la magnitud de la emergencia humanitaria: durante el primer semestre del año se registraron más de 3.100 homicidios y 1.100 heridos en todo el territorio haitiano. Esta espiral de violencia ha creado un ecosistema donde la ayuda humanitaria se ve obligada a retroceder, dejando a la población civil atrapada en el fuego cruzado.

La retirada de MSF marca un precedente alarmante para las operaciones de asistencia internacional en contextos de alta conflictividad, cuestionando los límites de la acción humanitaria en escenarios de violencia urbana extrema.

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