Las políticas antiinmigración frenan el crecimiento económico de Estados Unidos

¿Qué pasaría si Estados Unidos, en lugar de cerrar sus puertas, reinventara su enfoque migratorio como una ventaja competitiva? Un análisis de Barclays revela que las políticas restrictivas están frenando no solo la llegada de talento, sino también el dinamismo económico. La paradoja es clara: mientras el país envejece, la resistencia a la inmigración podría convertirse en su mayor lastre.

Tras la pandemia, la economía estadounidense mostró una resiliencia envidiable, alimentada en parte por la diversidad de su fuerza laboral. Sin embargo, el banco advierte que el endurecimiento migratorio reducirá la creación de empleo en sectores clave, pasando de 150.000 plazas mensuales a apenas 40.000 para 2025. ¿Es este el precio del llamado “excepcionalismo”?

El verdadero desafío no son las fronteras, sino la mentalidad. Mientras la población nativa disminuye en 30.000 trabajadores al mes, las restricciones migratorias agravan la escasez laboral. Imaginen un escenario distinto: ¿y si EE.UU. liderara una revolución de visas ágiles, atrayendo talento global como Silicon Valley atrae innovación? La economía no se ralentizaría; se reinventaría.

La solución no está en menos inmigrantes, sino en más oportunidades. Barclays destaca que, sin un cambio de rumbo, el costo será claro: menor productividad, mercados laborales tensionados y un crecimiento que palidecerá frente a economías más abiertas. El futuro no se construye con muros, sino con puentes.