Los residentes del noroeste de Florida llenaban el lunes sacos de arena, tapiaban sus ventanas y amarraban sus botes en los muelles como preparativos para la llegada del huracán Michael, que los meteorólogos han advertido podría azotar la costa estadounidense del Golfo de México como un peligroso huracán de categoría 3 en los próximos días.
El meteoro tenía vientos máximos sostenidos de 140 km/h (85 mph) para el lunes por la noche y avanzaba con dirección norte a 19 km/h (12 mph).
El vórtice se ubicada a unos 100 kilómetros (60 millas) del extremo oeste de Cuba y a unos 775 kilómetros (485 millas) al sur de Apalachicola, Florida. Sus vientos con fuerza de huracán se extendían por 56 kilómetros (35 millas) desde el ojo de la tormenta y los vientos con fuerza de tormenta tropical cubrían un radio de 282 kilómetros (175 millas).
El gobernador de Florida Rick Scott describió a Michael como un “huracán monstruoso” con vientos, marejadas ciclónicas y fuertes lluvias potencialmente devastadoras.
Declaró una emergencia de estado para 35 condados de Florida desde la región conocida como Panhandle hasta Tampa Bay. Activó a cientos de miembros de la Guardia Costera y suspendió los peajes para facilitar la evacuación de aquellos que viven cerca de la costa.
En la pequeña ciudad de Apalachicola, el alcalde Van Johnson Jr. dijo que los 2.300 residentes se preparan frenéticamente para un fuerte azote.
AGENCIAS
