Musk abandona el DOGE tras una gestión disruptiva y polémica

Elon Musk abandona su cargo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) para enfocarse en sus emprendimientos tecnológicos, incluyendo Tesla, SpaceX y la plataforma X. Su paso por la administración federal dejó un legado controvertido, marcado por despidos masivos y recortes presupuestarios.

Trump destacó la labor de Musk como un “cambio radical en Washington”, aunque las cifras no alcanzaron las metas prometidas. El magnate tecnológico, vestido con una icónica camiseta de “The Dogefather”, recibió una llave ceremonial como reconocimiento simbólico.

Sin embargo, su gestión generó críticas: agencias como USAID, vitales para el desarrollo global, sufrieron recortes drásticos. Estudios de la Universidad de Boston vinculan estas medidas con consecuencias humanitarias graves.

A pesar de la retórica optimista, el DOGE enfrenta cuestionamientos por datos inflados y falta de transparencia. Trump insinuó que Musk seguiría involucrado, aunque de manera informal.

En un momento revelador, Musk apareció con un moretón en el rostro, atribuido a un juego con su hijo. Su influencia política también disminuirá, tras anunciar que reducirá sus donaciones partidistas.

El presidente calificó a Musk como “fantástico” y aseguró que su impacto perdurará. No obstante, el futuro del DOGE, comparado por el propio Musk con “una filosofía de vida”, sigue siendo incierto.