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Internacional

Sheinbaum recibe a familiares de Ayotzinapa mientras la justicia sigue en pausa

Un nuevo encuentro en Palacio Nacional revive demandas de verdad y justicia para las víctimas.

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En un acto que ya parece parte de un ritual burocrático anual, la Presidenta Claudia Sheinbaum recibió en Palacio Nacional a los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, quienes, con la esperanza intacta pero el escepticismo creciente, insistieron una vez más en obtener avances reales en la investigación. Ahora, con Mauricio Pazarán como el nuevo fiscal especial del caso—el tercero en esta tragicomedia gubernamental—, los padres y madres de las víctimas llegaron dispuestos a escuchar las mismas promesas con distinto nombre.

Un grupo de 25 familiares, en su mayoría mujeres que llevan una década cargando el peso de la impunidad, arribó en dos autobuses turísticos, acompañados por el abogado Vidulfo Rosales, quien, con la paciencia de un santo y el cinismo de un político curtido, declaró: “Venimos a escuchar la nueva información”. Lo que no dijo, pero todos saben, es que esa “nueva información” probablemente será tan reveladora como un comunicado de prensa redactado por un algoritmo.

Bajo presión, Rosales admitió lo obvio: exigirán—una vez más—que el Ejército desclasifique los archivos que ha guardado con más celo que un tesoro pirata. ¿Qué ocultan los militares sobre aquella noche del 26 de septiembre de 2014, cuando los estudiantes fueron interceptados por presuntos criminales (o cómplices con uniforme, según a quién se le pregunte)? Nadie lo sabe, pero todos sospechan.

“Está pendiente todo lo relacionado con la información en poder del Ejército”, dijo Rosales, en un eufemismo digno de un manual de relaciones públicas. Traducción: seguimos en las mismas, pero ahora con un fiscal distinto sentado en la silla musical de la justicia.

Esta es la cuarta reunión desde que Sheinbaum asumió la presidencia, y como en un juego de ajedrez donde las piezas se mueven pero el tablero no cambia, el nuevo fiscal especial, Mauricio Pazarán—excolaborador de Ernestina Godoy—, tendrá la titánica tarea de convencer a los familiares de que esta vez sí habrá resultados. Rosales, prudentemente, se negó a confirmar si confían en él. ¿Para qué arriesgarse a otra decepción?

Los anteriores fiscales, Alejandro Encinas y Rosendo Gómez Piedra, abandonaron el barco: el primero para unirse a la campaña de Sheinbaum (prioridades políticas, claro), y el segundo, un amigo leal de López Obrador sin experiencia en materia penal, a petición de los familiares (o, como algunos murmuran, para evitar seguir haciendo el ridículo).

Mientras tanto, los padres y madres de Ayotzinapa siguen esperando, porque en este país la justicia no es un derecho, sino un acto de fe.

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