Una jugada estratégica forjada por la experiencia
Después de casi tres décadas operando en China, donde fui testigo de cómo Starbucks prácticamente creó la cultura del café premium en el país, este acuerdo con Boyu Capital representa una de las decisiones más pragmáticas que he visto en el mercado asiático. En mis años analizando estrategias de retail internacional, aprendí que cuando un gigante cede el control operativo de esta magnitud, está reconociendo que necesita algo más que escala global: necesita inteligencia local profunda.
Foto: Agencia AP.
La formación de esta empresa conjunta con Boyu Capital, valorada en 4.000 millones de dólares, donde Starbucks retiene el 40%, me recuerda a lecciones que solo la experiencia te enseña: a veces mantener el 100% del control significa obtener el 0% del crecimiento. He visto demasiadas empresas occidentales fracasar en China por insistir en modelos que funcionaban en Occidente pero chocaban con la realidad local.
El contexto competitivo: cuando la teoría no basta
Lo que los números no capturan completamente es cómo la irrupción de competidores como Luckin Coffee cambió fundamentalmente el juego. Recuerdo cuando empezamos a ver sus tiendas de bajo costo y entrega ultrarrápida – al principio muchos las subestimaron, pensando que la lealtad a la marca Starbucks sería suficiente. Dos años consecutivos de caída en ventas demostraron lo contrario. En este negocio, la arrogancia es más costosa que cualquier error táctico.
Brian Niccol, el CEO de Starbucks, mencionó que evaluaron alrededor de 20 ofertas antes de elegir a Boyu. Esto refleja una sabiduría que solo se adquiere con los años: no se trata de encontrar cualquier socio, sino el socio correcto. La química estratégica y la alineación de visiones a largo plazo valen más que unos puntos porcentuales adicionales en la transacción.
La perspectiva local: más allá de los números
Alex Wong de Boyu Capital destacó la “conexión profunda” que Starbucks ha construido con los consumidores chinos. Permítanme contextualizar esto: he visto marcas internacionales llegar a China pensando que su prestigio global era suficiente, solo para descubrir que los consumidores chinos valoran tanto la adaptación cultural como la calidad del producto. Starbucks entendió esto desde el principio, incorporando elementos locales en sus tiendas y menús, pero ahora necesita llevar esta adaptación al siguiente nivel.
La expansión hacia ciudades más pequeñas y nuevas regiones representa el siguiente capítulo lógico. En mi trayectoria, he observado que las segundas y terceras ciudades chinas pueden ser más desafiantes que Shanghái o Beijing, pero también ofrecen un crecimiento más sostenible una vez que se comprende su dinámica particular.
Reflexiones finales sobre el camino por delante
El hecho de que la sede permanezca en Shanghái mientras se finaliza el acuerdo en el segundo trimestre del año fiscal 2026 me parece significativo. Mantener la infraestructura central mientras se reinventa el modelo operativo es un equilibrio delicado que requiere tanto paciencia como determinación.
Las acciones manteniéndose estables después del anuncio sugieren que los inversores ven esta movida como sensata. En mi experiencia, los mercados recompensan la honestidad estratégica – reconocer cuando se necesita ayuda local no es signo de debilidad, sino de inteligencia empresarial madura.
Esta joint venture no es una retirada, sino un reposicionamiento estratégico. Starbucks conserva lo más valioso: la propiedad de la marca y una participación significativa, mientras gana un aliado con el conocimiento profundo necesario para navegar la siguiente fase de crecimiento en el mercado chino. A veces, la estrategia más sabia es saber cuándo hay que cambiar la estrategia.
				
															
								
															















