La Secretaría de Marina confirmó el hallazgo sin vida de la persona que permanecía desaparecida tras el accidente de una de sus aeronaves en las cercanías de Galveston, Texas. Con este fatídico descubrimiento, el balance final asciende a seis fallecidos, entre los que se encuentra un niño de dos años que era trasladado por una misión médica humanitaria. Las dos personas rescatadas con vida ayer, una enfermera y una acompañante, se reportan en condición estable bajo atención médica.
El operativo de búsqueda y rescate, ejecutado en coordinación con autoridades locales estadounidenses, permitió la localización del último cuerpo, dando por concluida esta fase de la emergencia. En un comunicado, la institución expresó su profundo pesar por la pérdida de vidas y reiteró su compromiso de mantener la coordinación interinstitucional e internacional, así como de brindar acompañamiento y apoyo integral a las familias afectadas.
El siniestro ocurrió durante la tarde del lunes 22 de diciembre, cuando el avión, un King Air 350i de la Armada de México, intentaba aterrizar en el Aeropuerto Internacional Scholes de Galveston. La aeronave realizaba una misión de ambulancia aérea en coordinación con la Fundación Michou y Mau, una organización dedicada al tratamiento de niños con quemaduras graves. Su objetivo era trasladar al pequeño paciente desde Escárcega, Campeche, hasta el hospital Shriners en Galveston, un centro de referencia para este tipo de lesiones.
Reportes preliminares de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos apuntan a que la tripulación enfrentaba condiciones meteorológicas adversas, específicamente un banco de niebla densa que reducía severamente la visibilidad. Durante la maniobra de aproximación, el contacto por radio con la torre de control se perdió, tras lo cual la aeronave se precipitó a las aguas de la bahía. Testimonios de pescadores locales fueron cruciales para el rápido auxilio inicial de los sobrevivientes.
La lista de las víctimas mortales, confirmada por la institución, incluye a tres miembros de la tripulación: el Teniente Víctor Rafael Pérez Hernández, el Teniente Juan Iván Zaragoza Flores y el Marinero especialista Guadalupe Flores Barranco. También perdieron la vida el paciente pediátrico, Federico Efraín; el médico integrante de la misión, Dr. Juan Alfonso Adame González; y el Teniente Luis Enrique Castillo Terrones. Por otro lado, las personas rescatadas con vida fueron identificadas como la enfermera Míriam de Jesús Rosas Mancilla y Julia Aracelis Cruz Vera, quien acompañaba al menor.
Desde el centro de mando, la presidenta Claudia Sheinbaum se refirió al suceso durante su conferencia matutina, expresando sus condolencias a los familiares de los marinos fallecidos y a todos los involucrados. “Muy triste lo que pasó”, manifestó la mandataria, quien detalló que el secretario de Marina, con el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores y del gobierno de Estados Unidos, ha estado supervisando la atención a las víctimas y sus familias desde el primer momento.
Sheinbaum también adelantó que se llevará a cabo una investigación exhaustiva para determinar las causas precisas del accidente. “Hasta que no salga la caja negra y no se analice no se puede saber la causa del desplome”, explicó, revelando un dato operativo: la aeronave ya había llegado a la zona de Galveston e, incluso, se pensó inicialmente que había aterrizado. Fueron aproximadamente diez minutos críticos en los que se perdió toda comunicación, hasta que se confirmó la tragedia. El proceso investigativo, que seguirá los protocolos internacionales, será fundamental para esclarecer los hechos y extraer las lecciones pertinentes.
Este accidente enluta no solo a la Secretaría de Marina, sino también a la comunidad médica y humanitaria. La misión que se cumplía subraya el alto riesgo que a menudo implica el traslado de pacientes en estado crítico, una labor donde la dedicación del personal militar, médico y de apoyo se pone al servicio de salvar vidas en circunstancias extremadamente complejas.














