Trump abandona el G7 por escalada nuclear en Medio Oriente

Foto: El Universal.

En un giro inesperado que redefine las prioridades geopolíticas, el presidente estadounidense Donald Trump interrumpe su participación en la Cumbre del G7 para enfocarse en la crítica situación en Medio Oriente. Su vocera, Karoline Leavitt, confirmó que partirá tras la cena con los mandatarios, truncando así su esperada reunión bilateral con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.

¿Qué pasaría si, en lugar de tratar el conflicto nuclear como una amenaza, lo viéramos como la última llamada para reinventar la diplomacia global? Trump firmó acuerdos comerciales clave con el Reino Unido, pero el fantasma de una escalada bélica opacó los logros. Su mensaje en X fue contundente: “Irán no puede tener un arma nuclear”. Una postura que, más que una advertencia, podría ser el detonante de un nuevo orden internacional.

Mientras Sheinbaum aterrizaba en Canadá, las tensiones entre Israel e Irán alcanzaban un punto crítico. Netanyahu justifica su ofensiva como una medida preventiva contra la “amenaza nuclear“, pero ¿y si la solución no está en los misiles, sino en una alianza tecnológica para controlar el enriquecimiento de uranio? La inteligencia israelí afirma que Irán está a meses de fabricar nueve bombas atómicas, un escenario que exige ideas disruptivas: desde sanciones con blockchain hasta una fuerza de paz con drones cuánticos.

La cancelación del encuentro Trump-Sheinbaum no es solo un cambio de agenda: es un síntoma de cómo las crisis olvidadas pueden eclipsar hasta las cumbres más poderosas. El G7 podría transformarse en un laboratorio de soluciones audaces, pero primero debe decidir si prefiere apagar incendios o prevenir la próxima explosión.