Trump desafía el consenso científico sobre el autismo

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha utilizado el púlpito de la Casa Blanca para catapultar al debate nacional afirmaciones médicas no validadas, vinculando el analgésico Tylenol y las vacunas con el aumento de los diagnósticos de autismo. Esta postura, que se presenta como una ruptura con el establishment sanitario, carece de evidencia científica novedosa que la sustente.

Desde la residencia presidencial, Trump declaró que las gestantes deberían evitar completamente el acetaminofén, principio activo del Tylenol. Anunció que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) alertaría a los profesionales de la salud sobre una posible asociación con el riesgo de autismo, un movimiento que ha generado escepticismo por la ausencia de datos concluyentes.

El mandatario también resucitó el debatido vínculo entre la inmunización y el trastorno del espectro autista, cuya prevalencia actual es de uno por cada 31 niños según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Como respuesta, el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., impulsará una investigación multidisciplinaria que involucrará a las principales agencias federales para dilucidar las causas del autismo.

La comunidad científica atribuye el aparente incremento en los casos a una mayor concienciación y a criterios diagnósticos más amplios que incluyen manifestaciones leves. Resulta complejo discernir si existen otros factores contribuyentes más allá de esta mejora en la detección.

Esta iniciativa responde a la presión del movimiento “Make America Healthy Again”, liderado por Kennedy, que exige respuestas sobre el ascenso en los diagnósticos. Los epidemiólogos sostienen que la expansión de la definición del trastorno y los avances en el diagnóstico explican la tendencia, subrayando la multifactorialidad del autismo, con componentes genéticos y ambientales.

La medida se enmarca en una reconfiguración más amplia del panorama de la salud pública estadounidense, caracterizada por recortes presupuestarios en agencias clave y cambios en las políticas de vacunación. Un comité asesor, reestructurado bajo la influencia de críticos a la inmunización, ha modificado recientemente las directrices para vacunas contra el COVID-19 y otras patologías.

Trump había anticipado un anuncio trascendental, llegando a insinuar que se habría “encontrado una respuesta al autismo”. Expertos independientes califican esta afirmación de prematua y exagerada, enfatizando que la investigación para determinar la posible influencia de factores ambientales aún requiere años de estudio riguroso.

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