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Internacional

Trump propone aranceles del 200% a medicamentos importados

Una medida proteccionista que podría disparar los costos de los tratamientos médicos y redefinir la geopolítica de la salud global.

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La nueva frontera de la guerra comercial: la salud

Foto de un frasco con medicamentos en North Andover, Massachusetts, el 15 de junio de 2018.

WASHINGTON, D.C.– La administración Trump está redefiniendo radicalmente la geoeconomía global, y ahora su objetivo es uno de los sectores más sensibles: la industria farmacéutica. El expresidente ha puesto en la mira las importaciones de medicamentos, una categoría históricamente exenta de gravámenes, con una propuesta disruptiva de impuestos que podría alcanzar el 200%.

Este movimiento representa un giro estratégico. Durante décadas, los principios activos y medicamentos terminados ingresaban a Estados Unidos libres de aranceles. Sin embargo, el nuevo acuerdo comercial con Europa incluye ya una tasa del 15% sobre algunos bienes farmacéuticos europeos. La amenaza de elevar este porcentaje al 200% para medicamentos de otras regiones ha generado alerta máxima en la industria.

Expertos como Maytee Pereira de PwC califican la medida de “impactante”. La industria pasa de cero aranceles a enfrentarse a la potencialidad de una barrera comercial del 200%, lo que alteraría por completo los modelos de negocio establecidos.

La paradoja es evidente: mientras Trump promete a los ciudadanos reducir el costo de los tratamientos, estos aranceles masivos podrían lograr exactamente lo contrario. El economista de salud Diederik Stadig de ING advierte que el efecto inflacionario se sentiría directamente en las farmacias y a través de primas de seguros más elevadas, afectando especialmente a hogares de bajos ingresos y personas mayores.

La estrategia forma parte de una visión más amplia de reshoring y soberanía médica. La experiencia traumática del COVID-19 evidenció los riesgos críticos de depender de cadenas de suministro globales, particularmente de China, el principal rival geopolítico de Estados Unidos. La administración ya inició una investigación bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962 para evaluar cómo estas importaciones afectan la seguridad nacional.

Como contramedida, Trump ofrece un período de gracia de 12 a 18 meses para que las compañías farmacéuticas reorganicen sus operaciones. Según analistas de Leerink Partners y Jefferies, muchas empresas ya están acumulando inventarios con hasta 18 meses de stock, lo que podría retrasar el impacto real de los aranceles hasta 2027-2028.

El objetivo final es claro: relocalizar la fabricación en suelo estadounidense. Gigantes como Roche y Johnson & Johnson ya anunciaron inversiones multimillonarias para expandir sus operaciones en Estados Unidos. Joaquin Duato, CEO de J&J, confirmó recientemente el objetivo de abastecer completamente el mercado estadounidense desde instalaciones locales.

Este reajuste geoeconómico redefine no solo las reglas comerciales, sino la propia arquitectura de la seguridad sanitaria global en el siglo XXI.

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