Trump redefine la seguridad de exvicepresidentes retirando escolta a Harris

En un movimiento que desafía las convenciones establecidas, la administración del presidente Donald Trump ha revocado unilateralmente el esquema de protección del Servicio Secreto asignado a la exvicepresidenta Kamala Harris, adelantando en casi un año la fecha de terminación originalmente programada.

Este acto disruptivo cuestiona los protocolos de seguridad tradicionales para exmandatarios, que normalmente garantizan custodia federal durante seis meses tras dejar el cargo. La extensión especial que Harris había obtenido bajo la administración anterior representa exactamente el tipo de privilegio institucional que las nuevas políticas buscan desmantelar.

El contexto temporal no es trivial: la medida coincide estratégicamente con el inicio de la gira promocional internacional de Harris para su libro “107 Días”, que incluye 15 eventos en múltiples ciudades, desde Londres hasta Toronto. ¿Podría esta decisión aparentemente administrativa estar diseñada para redefinir los límites del poder simbólico y la exposición pública de figuras opositoras?

La administración actual fundamenta su decisión en una evaluación oficial que no detectó amenaza credible alguna contra la exvicepresidenta, aplicando el mismo criterio utilizado con el exvicepresidente Mike Pence. Sin embargo, la pattern emergente revela una estrategia más amplia: la reestructuración selectiva de protecciones de seguridad para adversarios políticos, incluyendo anteriormente a John Bolton y miembros de la familia Biden.

Este caso paradigmático ilustra cómo las normas no escritas del establishment político están siendo sistemáticamente desafiadas. La presidencia saliente tradicionalmente extendía protecciones como gesto de unidad nacional; la administración actual las utiliza como instrumento de rebalanceo de poder.

La revocación de la seguridad de Harris trasciende lo anecdótico: establece un precedente transformador sobre cómo se ejerce el poder administrativo, quién merece protección del estado y bajo qué criterios. Representa un cambio de paradigma en la intersección entre seguridad nacional, política de retaliación y el rediseño de instituciones tradicionales.