KIEV. En una escalada táctica que busca redefinir los límites del campo de batalla, las fuerzas ucranianas han ejecutado una serie de ataques coordinados contra objetivos estratégicos en el corazón de la retaguardia rusa. ¿Se trata de una estrategia desesperada o de un plan meticuloso para fracturar la logística y la moral del adversario? Las declaraciones oficiales del lunes confirman el bombardeo de una terminal petrolífera clave, un oleoducto, dos cazas de combate en tierra y dos embarcaciones, operaciones que van más allá de la línea de contacto.
Esta ofensiva no es un hecho aislado. Forma parte de una campaña persistente y calculada para interrumpir el esfuerzo bélico de Moscú y sembrar inquietud detrás de sus propias fronteras. Mientras las tropas ucranianas, en clara desventaja numérica, contienen la presión rusa en el frente después de casi cuatro años de conflicto, una pregunta surge: ¿la verdadera batalla se está librando ahora en la profundidad del territorio enemigo?
El rastro de destrucción: más allá de los comunicados oficiales
Los ataques, según el análisis de expertos consultados, buscan también socavar la narrativa de fortaleza inexpugnable que el presidente Vladímir Putin intenta proyectar en las estancadas negociaciones de paz. Pero la evidencia sugiere una capa más profunda. El atentado con coche bomba que acabó con la vida de un general ruso en Moscú el mismo lunes —atribuido por investigadores a servicios ucranianos— encaja en un patrón de selección de blancos sorpresa y de alto valor.
Documentos y testimonios recabados por esta investigación detallan los blancos: la terminal de hidrocarburos Tamanneftegaz, un depósito de municiones y una plataforma de lanzamiento de drones de ataque. El Estado Mayor de Ucrania, en un comunicado escueto, confirmó los daños en un oleoducto, dos muelles y dos barcos en la región de Krasnodar, donde un incendio de grandes proporciones arrasó la zona. La omisión deliberada del armamento utilizado plantea más interrogantes que respuestas.
Agregó que un proyectil de fabricación ucraniana impactó en una base temporal de la 92ª Brigada de Barcos Fluviales de Rusia en Olenivka, Crimea. Cada uno de estos puntos en el mapa, conectados, dibujan una estrategia de presión multifacética.
La guerra en la sombra: partisanos y sabotajes
La narrativa se complejiza con la acción de la resistencia. Según la inteligencia militar de Ucrania, partisanos incendiaron dos cazas a reacción rusos en una base cercana a Lipetsk, en una operación nocturna. Este dato, contrastado con la versión del Ministerio de Defensa ruso —que solo reportó el derribo de 41 drones—, revela la brecha entre la información oficial y la realidad sobre el terreno. Mientras, otro ataque separado golpeó un depósito de municiones y un sitio de lanzamiento de drones en la región de Donetsk, con el claro objetivo de ralentizar el avance terrestre ruso.
Pero Moscú no permanece inactivo. La réplica se centra en el sector energético ucraniano, una táctica de desgaste que busca privar de calefacción y agua a la población civil durante el invierno. El Ministerio de Energía de Ucrania reportó ataques a infraestructura en cinco regiones. La fuerza aérea ucraniana afirmó haber interceptado 58 de los 86 drones lanzados por Rusia durante la noche. Esta dinámica de golpe y contragolpe sobre recursos vitales define un nuevo y cruel capítulo de la guerra.
Conclusión: una estrategia revelada
Al conectar los puntos dispersos —ataques a infraestructura crítica, sabotajes internos, eliminación de altos mandos— emerge una revelación significativa. Ucrania no se limita a una defensa estática; ha lanzado una campaña de desestabilización profunda dentro de Rusia. Esta estrategia, arriesgada y audaz, busca compensar su inferioridad convencional extendiendo el costo de la guerra al territorio del agresor, cuestionando la inviolabilidad de sus fronteras y desgastando su capacidad logística. El conflicto ha mutado: ya no es solo una guerra de trincheras, sino una lucha que se libra en los depósitos de combustible, en las bases traseras y en la psique de la retaguardia enemiga.












