Una abuela iraní enfrenta deportación tras 47 años en Estados Unidos

En esta imagen sin fecha proporcionada por su hija, Mandonna “Donna” Kashanian, de 64 años, sostiene una copa de champán.

WASHINGTON, DC.—¿Qué convierte a una abuela de 64 años en una amenaza para la seguridad nacional? Esta es la pregunta que persigue a la familia de Mandonna “Donna” Kashanian, detenida por ICE tras vivir 47 años en Estados Unidos. Su caso abre un inquietante interrogante: ¿están siendo los iraníes-estadounidenses blanco de redadas arbitrarias?

Kashanian llegó en 1978 con visa de estudiante y solicitó asilo, temiendo represalias por el apoyo de su padre al Sha. Aunque perdió su caso, cumplió religiosamente con los requisitos migratorios durante décadas, incluso presentándose ante autoridades tras el huracán Katrina. “Ella no es una fugitiva”, insiste su esposo, Russell Milne. “¿Por qué arrestarla ahora?”

Documentos obtenidos por este medio revelan un patrón preocupante: al menos 11 iraníes fueron detenidos tras los ataques militares a Irán. ICE alega “vínculos terroristas”, pero no ha presentado pruebas. “Es cacería de brujas”, denuncia Ryan Costello del Consejo Nacional Iraní-Estadounidense. “¿Coincidencia que ocurra durante tensiones geopolíticas?”

La portavoz de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, vinculó los arrestos con “programas de libertad condicional fraudulentos”, en una velada crítica a políticas de Biden. Sin embargo, abogados consultados señalan que Kashanian ingresó legalmente durante el gobierno de Carter.

¿Qué ocultan los expedientes? Un matrimonio anterior de Kashanian fue declarado fraudulento, pero su familia sostiene que fue un error burocrático. “Ella construyó una vida aquí”, afirma su hija, mostrando fotos de su trabajo voluntario y sus tutoriales culinarios persas. “¿Así premiamos a quienes contribuyen a nuestro país?”

Mientras Kashanian espera en un centro de detención en Luisiana, analistas advierten sobre un peligroso precedente: “Cuando usamos el estatus migratorio como arma política, todos perdemos”, sentencia el exagente de ICE John Sandweg. La pregunta queda flotando: ¿Estamos ante seguridad nacional o perfilamiento étnico?