Alerta Máxima en un Nudo de Conectividad Nacional
WASHINGTON — La circulación aérea en una de las pistas con mayor tráfico de los Estados Unidos colapsó temporalmente este martes a causa de una amenaza de bomba, según confirmaron las autoridades federales. Este incidente puso a prueba los protocolos de ciberseguridad y respuesta ante emergencias en la infraestructura crítica del país.
La torre de control del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington se ve al amanecer en Arlington, Virginia.
La alerta se centró específicamente en una aeronave de United Airlines con ruta desde Houston, Texas, con destino final al Aeropuerto Nacional Ronald Reagan en el distrito de Washington, D.C., según publicó en la red social X el Secretario de Transporte, Sean Duffy.
La reacción fue inmediata: toda la operativa de vuelos entrantes y salientes fue puesta en pausa. La nave afectada fue dirigida a una zona de aislamiento dentro del recinto aeroportuario. Los pasajeros y la tripulación fueron desembarcados de manera controlada y trasladados en autobuses a la terminal principal, detalló un vocero de la Autoridad de Aeropuertos Metropolitanos de Washington.
La aerolínea United Airlines declinó hacer declaraciones, remitiendo toda la investigación al Buró Federal de Investigaciones (FBI).
La normalidad operativa se restableció alrededor de la 1:30 p.m., hora del Este, según Duffy, quien elogió la actuación coordinada y ágil de los cuerpos de seguridad.
Antes de la reanudación, el retraso medio para los vuelos de salida superaba los 51 minutos, con picos de más de dos horas de espera, de acuerdo con datos de la Administración Federal de Aviación (FAA).
Este evento deja al descubierto la fragilidad de un sistema de aviación bajo presión. Los retrasos a nivel nacional continúan en una trayectoria ascendente, agravados por el cierre técnico del gobierno federal, que ya cumple su segundo mes, forzando a controladores aéreos y personal esencial a trabajar sin percibir su salario.
